EL CARDENAL ROUCO DICE QUE LOS OBISPOS NO SIEMPRE HAN REACCIONADO CON "FINURA" ANTE EL TERRORISMO

- "El que esté libre depecado que tire la primera piedra", dice el arzobispo de Madrid

MADRID
SERVIMEDIA

El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, cree que los católicos y sus pastores, "incluidos nosotros, los propios obispos", no han sabido responder siempre con toda "la finura y exigencias del amor cristiano" al terrorismo de ETA.

En una crta pastoral con motivo de la Jornada Internacional de la Paz, que se celebra el primer día del año, el arzobispo de Madrid recuerda que "nos encontramos hoy en España inmersos en un delicado proceso de paz".

Monseñor Rouco señala que si bien este proceso de paz se desarrolla en el ámbito geográfico del País Vasco, afecta a todo el Estado.

"¡Cuantas veces", escribe el prelado, "nos ha tocado acompañar en la oración, en la pena y el luto desgarradores, a los familiares de las víctimas de los atentdos terroristas en tantos funerales y eucaristías de exequias a lo largo y a lo ancho de toda nuestra geografía desde que se inició esa incomprensible historia tan terriblemente trágica del ETA!".

Sin embargo, el cardenal Rouco reconoce que los católicos, incluidos los obispos, no siempre han sabido responder con toda "la finura y exigencias del amor cristiano a lo que reclamaban al unísono el dolor de las víctimas y la necesidad de promover la conversión de los autores de esos crímenes, de toda la soiedad española y la nuestra propia".

Añade el arzobispo que a todo el mundo se le puede decir con las palabras del evangelio, aplicadas a esta situación: "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra".

Antonio María Rouco Varela apunta que es posible mantener la esperanza de conseguir el cese definitivo de las actividades terroristas y lograr así la paz.

A su juicio, para que esa esperanza e convierta en realidad es imprescindible reconocer y respetar la dignidad de toda persona huana, "como el supremo valor al que ha de obedecer toda acción y proyecto políticos y jurídicos por encima de cualquier diferencia de procedencia geográfica y étnica, cultural y social".

El cardenal concluye la carta preguntándose cómo no van a ser capaces todos los españoles de saber valorar el bien de la concordia y la cooperación en este proceso de paz.

(SERVIMEDIA)
31 Dic 1998
GJA