Cardenal, que convocó a la prensa para dar su versión del enfrentamiento con las asociaciones de fiscales, isistió en que "los portavoces son libres para opinar lo que quieran, pero la libertad de expresión termina en algún sitio".

Los miembros de las asociaciones fiscales acusaron al Ministerio de Justicia de "haber desembarcado" en la Fiscalía General del Estado, en relación con las sanciones impuestas a algunos de los llamados "fiscales indomables" de la Audiencia Nacional.

Cardenal insistió en que "estas declaraciones son muy fuertes y me produjeron enfado y contrariedad, y también preocupación. Sehan vertido muchas críticas y hasta ahora no he dicho nada, pero no puedo permanecer impasible", puntualizó.

NO DIMITIRA

"No estoy dispuesto a dimitir", dijo a preguntas de los periodistas, e insistió en que las organizaciones de fiscales que le critican "no son todos los fiscales, ya que representan una tercera o una cuarte parte de los más de 1.400 que hay en España".

Insistió en su teoría de que "la fiscalía es el órgano de comunicación con el gobierno, a través del ministerio de Justicia". n este sentido indicó que había recibido la llamada de la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, aunque declinó informar sobre la conversación.

Sobre la participación en los hechos del fiscal jefe de la Inspección, Juan José Martínez Zato, quien se encargó de transmitir la opinión de Cardenal a los dos representantes de las asociaciones, Miguel Colmenero y Carlos Castresana, el fiscal general apuntó que es el sistema habitual para comunicarse con las asociaciones.

Preguntado si el enfentamiento entre él y las asociaciones podía haber surgido de una mala interpretación por parte del fiscal Martínez Zato, dijo que "puede haber habido una mala transmisión", y subrayó que la versión de la nota emitida por las asociaciones "no se ajusta a la realidad".