Durante esta cita, el prelado bendijo vehículos y conductores de decenas de motoristas que habitualmente disfrutan de los paisajes que brinda el asfalto de la sierra. "Eche más agua bendita a esa moto, pero también a su dueño", le pidió al cardenal una motera en referencia al vehículo de su marido.

La peregrinación arrancó en la parroquia de Nuestra Señora de la Estrella de Navalagamella con una misa de Domingo de Ramos, la bendición de las palmas y también del 'peregrino motero', imagen acompañada de un casco que desde hoy luce en el templo de Navalagamella.

En la homilía, Osoro recordó a la asamblea: "Somos hermanos construyamos la fraternidad". También llamó a aprovechar la Semana Santa para acercarse a Dios. "Nunca es tarde para la conversión", aseguró.

Osoro charló de forma distendida con los moteros y hasta se atrevió a posar con el casco de uno de ellos en una foto de familia.

La ruta ha continuado hasta la parroquia de San Pedro Apóstol de Zarzalejo, donde se rezó la oración al patrón de los motoristas, San Rafael Arcángel, venerado en este pueblo, y concluyó con otra misa en la iglesia de San Matías en Peralejo.

Esta peregrinación cuenta con el apoyo de la Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal y de la Pastoral de Tráfico del Arzobispado de Madrid, que estuvieron representadas por sus responsables, José Aumente y Bienvenido Nieto. También participó Juan Carlos Merino, vicario de la Vicaría VII de Madrid, además de los párrocos anfitriones, Alfonso Rodríguez y Antonio Doñoro.