El prelado señala que hay critianos que pueden dar por habituales unas actitudes que para otros serán motivos de remordimiento, por lo que "la necesidad de confesión depende, en no pequeño grado, de la delicadeza de la conciencia".

Segúnexplica el cardenal Carles en su carta dominical, "la capacidad de arrepentimiento depende del sentido del pecado, y éste de la claridad con que se intenta realizarlo en la propia vida".

También advierte que la confesión anual o la que se realiza en los tiempos de liturgia puede ser suficiente para unos mínimos de vida, "pero es del todo insuficiente para quien quiere seguir al Señor con fidelidad".

Por eso, entiende el prelado que es bueno atender en el examen no sólo las faltas, sino también a as líneas profundas de la vida interior y examinar "en qué medida tenemos amor, alegría, paz, grandeza de alma, bondad, fidelidad, mansedumbre y templanza", pues "la carencia de estos frutos es señal de falta de vitalidad cristiana".