"Me parece", precisó González Jubete, "que la pena de privación de libertad no resuelve absolutamente ningún problema. Las cárceles solo sirven para generar más delincuenci".

Reconoció que "es dificil buscar alternativas, pero todos los avances han significado una gran dificultad".

El magistrado cree que sería mejor y más interesante la pena de la multa, así como la reparación del daño, el arbitraje entre la víctima y el delincuente, la prestación de servicios a la comunidad y los arrestos de fin de semana, entre otros.

En el caso de los drogadictos que son delincuentes, el problema se solucionaría, a juicio del presidente del alto tribunal extremeño, con el etablecimiento de centros terapeúticos.

El presidente del TSJE mantiene su criterio sobre el principio de que hubo una época en que las cárceles constituían el castigo para apartar al delincuente de la sociedad e incluso satisfacer los deseos de venganza pública y privada; una filosofía que varió con la llegada de los correccionalistas.

La finalidad de las prisiones no era solamente el castigo, sino también la resocialización de los reclusos, pero ese objetivo ha sido a su juicio "un fracaso absolto", porque en las cárceles tienen "asiento todos los males, el vicio, la enfermedad, la perversidad, la maldad y no se consigue la socialización del delincuente".

El juez González Jubete, uno de los pioneros de Jueces para la Democracia, ha polemizado en más de una ocasión, con la Junta de Extremadura y dicen los que le conocen, que es apreciado desde hace mucho tiempo incluso por algunos a los que sentenció.