Además de las armas, las autoridades bosnias sólo pueden inmovilizar a su pobación para evitar que las ciudades de Sarajevo y Mostar caigan en manos serbias y croatas, respectivamente, y se concluya la limpieza étnica con el éxodo de los refugiados musulmanes hacia otros países.

Por su parte, la central de ACNUR en Zagreb no quiso pronunciarse sobre si existían impedimentos para evacuar a civiles de Sarajevo.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas explicó a esta agencia que se trata de una operación materialmente imposible por la falta de medios de transporte, sobre todo or vía aérea, que sería la forma más sencilla de evacuación.

Sin embargo, rechazó las acusaciones de que los niños enfermos de Sarajevo no hayan podido ser evacuados por la burocracia del organismo internacional y achacó a la falta de buena voluntad de los gobiernos extranjeros para acogerlos el retraso de su salida.

Según informaron hoy varios medios de prensa, numerosas instituciones privadas y públicas de Europa occidental se han ofrecido a ayudar a los enfermos que no pueden recibir un tratamento adecuado en la capital bosnia.

Hoy se sumarán a un convoy de la Luna Roja tres personas, -un español, un holandés y un irlandés-, que intentarán sacar a 50 niños bosnios cada uno de la capital Sarajevo.

Mientras tanto, y según un portavoz de Firts Children's Embassy, organización humanitaria que trabaja con niños refugiados, la ayuda humanitaria que llega a Sarajevo sólo cubre un 12 por ciento de las necesidades de la población civil.