CANTABRIA SUFRIÓ EN LA CAMPAÑA 2008-2009 UN TOTAL DE 493 INCENDIOS FORESTALES
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Cantabria padeció en el último años un total de 493 incendios forestales que arrasaron 3.941 hectáreas, de las 538 eran arboladas.
El consejero cántabro de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad, Jesús Oria, ha realizado hoy balance, en rueda de prensa, sobre la campaña de incendios forestales de Cantabria correspondiente al ejercicio 2008-2009, que concluyó el pasado 30 de abril.
Las comarcas forestales más castigadas fueron Cabuérniga, Nansa y Pas, según explicó. Por lo que respecta a las pérdidas económicas y ambientales, éstas ascienden a 39.954.000 euros, a lo que hay que añadir los gastos de extinción, que suman 1.239.000 euros.
Los incendios forestales en Cantabria tienen una serie de peculiaridades que los distinguen de los que ocurren en la España seca. En primer lugar, la época de mayor riesgo es el invierno y el comienzo de primavera. Este hecho está relacionado con su segundo aspecto característico: el elevado índice de intencionalidad.
La inmensa mayoría de los incendios forestales, el 86%, son intencionados, casi siempre tienen lugar en pastizales de montaña y en terrenos comunales, y son provocados con el objeto de conseguir pastos para el ganado extensivo. Así, el 82% del área afectada ocurre en superficie forestal, no arbolada, frente a un 17% de superficie forestal arbolada.
La mayoría de los siniestros acaecen en días laborables, durante las horas de mayor calor y, en muchas ocasiones, asociados a periodos de viento sur, por ser las condiciones más favorables para su propagación y más adversas para su extinción.
Otra particularidad importante es la concentración de los incendios en un breve lapso de tiempo. Así, por ejemplo, en la primera quincena de febrero de 2002, se quemaron cerca de 12.500 hectáreas, en los 300 incendios producidos, siendo todos ellos provocados.
Oria ha asegurado que estos datos ofrecen una idea de las dificultades a las que se enfrenta el dispositivo de lucha contra incendios forestales de la Dirección General de Biodiversidad para hacer frente a los sucesos.
Por lo que respecta a la superficie, tres cuartas partes del territorio presentan un riesgo de incendios muy alto o extremo, mayoritariamente concentrado en los valles del Nansa, Cabuérniga, Pas, Miera y Soba.
(SERVIMEDIA)
28 Mayo 2009
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