CANDANCHU. LA ODS ADVIERTE UN PRESUNTO DELITO DE ENCUBRIMIENTO POR PARTE DEL MANDO QUE ELABORO EL INFORME SOBRE LOS HECHOS

- Los soldados de guardia cargaron sus fusiles por temor a que les disparara

MADRID
SERVIMEDIA

El abogado de la Oficina del Defensor del Soldado, Alberto Pérez, advirtió hoy que pueden haber incurrido en un delito de encubrimiento los mandos militares del acuartelamiento de Candanchú, y en concreto del capitán que elaboró el informe oficial que ayer leyó en el Congreso el ministro de Defensa, Eduardo Serra.

Pérez afirmó hoy en rueda de prensa que "ha habido voluntad absoluta de encubrimiento. Ni el propio ministro se cree el informe que hacen sus subalternos. o sabemos si ese capitán ha hecho un informe con testimonios de mandos, de testigos..., no sabemos cómo ha hecho ese informe".

Explicó que durante la hora que transcurrió desde el suceso hasta que Miravete fue detenido "se empieza a perpetrar una versión de los hechos que se demuestra absolutamente falsa. En esa falsificación de la verdad participan Miravete y el resto de los mandos del cuartel. En eso influye el confinamiento de los testigos y las presiones que reciben en esa hora".

En ese sentio, el responsable jurídico de la ODS manifestó su convencimiento de que el juez instructor podría abrir de oficio diligencias contra el capitán por un presunto delito de encubrimiento. Al respecto, señaló que al tratarse de un informe interno es probable que todavía no esté en manos del juez.

Precisamente, la ODS se personará mañana como acusación particular en el proceso abierto contra el sargento Juan Carlos Miravete en el juzgado de Instrucción número 2 de Jaca por el presunto homicidio del cabo Sauel Ferrer Caja.

La ODS subrayó que el proceso debe continuar por la vía civil, aunque, por otra parte, deberían instruirse las oportunas diligencias militares "porque consideramos que ha habido delitos militares, ya que no sólo estaba Samuel, sino que había más personas y durante una hora el sargento Miravete estaba abusando de autoridad y eso también es un delito militar porque siendo el máximo mando de la unidad había consumido alcohol".

A juicio de la ODS "no parece muy normal que los testigo estuvieran confinados en el cuartel en vez haberles mandado a su casa o llevarles a otro sitio a la espera de que prestaran su declaración ante el juez".

Alberto García opinó que "el sargento estuvo allí (mientras se elaboró el informe de Defensa) y que pudo presionar a quienes podían testificar, por lo que entendemos cómo han permnitido eso el juez y las autoridades militares".

El director de la ODS, Francisco Castañón, declaró que "ésta es la vía normal de actuación del Ministerio de Defensa yque ha puesto en práctica en otras ocasiones: La ocultación de los datos, impedir a los familiares ver el lugar de los hechos, impedir que los testigos hablen con los medios, con la ODS o con los abogados; en definitiva, ocultismo en las investigaciones".

Agregó que "compartimos con el ministro la cierta distancia con la que parece acoger el informe elaborado por el capitán sobre los hechos, aunque a nosotros nos consta por las declaraciones de los compañeros que ese informe contiene falsedades en eleentos sustanciales que determinan la culpabilidad y responsabilidad de este mando y también de los superiores de este mando en el acuartelamiento".

Por su parte, el secretario general de la ODS, Carlos García, afirmó que "no creemos que esto haya sido un accidente. Después de una hora de presiones por parte de Miravete en el 'Hogar del Soldado' (a los testigos) nada parece indicar que fue accidente, sobre todo cuando el sargento contesta ¿y tú?, dirigiéndose al cabo que le había dicho que no le disparría porque creía que era una buena persona. Eso demuestra que había una intencionalidad obvia por parte del sargento".

Asimismo relató, según la versión que les facilitaron los testigos, que desde que se produjo la muerte de Samuel transcurrió una hora hasta que fue retenido y calmado. Durante ese tiempo Miravete deambuló por el acuartelamiento, algunos soldados se descolgaron por las ventanas, se metieron debajo de las camas y otros, los que estaban de guardia, cargaron su arma: "Hay una situación depánico en el cuartel a lo largo de una hora", dijo.

(SERVIMEDIA)
24 Abr 1997
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