Con esta decisión anunciada por Campsa, los precios a los que comprarán gasolina los españoles en los 15 primeros días de 1992 no recogerán en su totalidad las 7 pesetas de subida de los impuestos indirectos sobre las gasolinas y de 5 pesetas en los gasóleos aprobada en los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene.

La medida de Campsa situará, por tanto, los precios de los carburantes en los siguientes términos: 92 pesetas por litro la "súpr", frente a las 95,2 de precio tope autorizado por Industria; 88 pesetas la "normal", frente a 91,8, y 90 pesetas la "sin plomo", frente a un máximo posible de 92,9.

Díaz-Fernández indicó ante los medios de comunicación que Campsa "es una empresa comercial y siempre ha sido tremendamente cuidadosa para minimizar los impactos de las medidas desagradables para el consumidor".

En el caso de los gasóleos de automoción (A y B), el presidente de Campsa anunció unos precios de venta al público entre el1 y el 15 de enero de 70,8 pesetas por litro, lo que también implica una repercusión inferior a la previsible de las subidas impositivas previstas en los presupuestos para estos carburantes.

El pasado día 26 de diciembre, el Ministerio de Industria hizo también públicos el precio máximo de los gasóleos A y B para la primera quincena de enero (74 pesetas por litro), y de 43,1 y 39,2 pesetas en el caso del C, de uso en calefacciones, en sus modalidades de venta en estación de servicio y a granel, respecivamente.