LOS CAMPOS DE GOLF CONSUMEN EL AGUA QUE EMPLEAN 3 MILLONES DE PERSONAS
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El consumo anual de agua para riego de los campos de golf que hay en funcionamiento en España equivale al que necesitan 3.135.000 personas para cubrir sus necesidades vitales e higiénicas durante el mismo período, según un estudio elaborado por la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat).
Según el estudio, titulado "Impactos ambientales, sociales y territoriales de la práctica del golf", el ingeniero Miguel Medina estima que consumen más de 94 millone de metros cúbicos al año, lo que supone que un "campo de golf requiere por lo general más agua que uno cultivado con especies para consumo humano".
En 1992 existían en nuestro país 144 campos de golf, aunque en la actualidad unos 25 más están en fase de construcción. La mayoría de las instalaciones se ubican en Andalucía, con 48, seguida de Cataluña con 20, Valencia con 14, Baleares con 13 y Madrid con 12. Unicamente Castilla-La Mancha y Extremadura carecen de estas instalaciones deportivas.
Si l gran consumo de agua es el problema más importante de los campos de golf, Aedenat cita también "el consumo de territorio", ya que una de estas instalaciones, de 9 a 18 hoyos, utiliza de 60 a 100 hectéreas. Se estima que en 1992, la superficie utilizada por todos los campos de golf españoels superaba las 13.000 hectáreas.
Además, informa que la mayoría de los campos de golf se construyen en terrenos clasificados como no urbanizables o especialmente protegidos y, por lo general, son declarados de inteés social. Situación que constrasta con los proyectos en los que acaban convirtiéndose, ya que a estas instalaciones suelen acompañar urbanizaciones de viviendas.
IMPACTO SOBRE LA FLORA
Respecto al impacto que tienen sobre la flora, Aedenat sostiene que "eliminan toda la vegetación herbácea, arbustiva y arborescente", lo que conlleva "la alteración de los horizontes del suelo ricos en materia orgániica", un elemento del medio natural que tarda cientos de años en formarse.
Igualmente, se produce modificaciones del terreno con el fin de suavizar los desniveles topográficos y se abren zanjas para enterrar los sistemas de riego y drenaje del campo.
Sobre el efecto en el mundo animal, la construcción de un campo de golf supone la destrucciópn de los hábitats de los mamíferos terrestres que en él habitan, como conejos, zorros, topos.
También explica que se emplean biocidas masivamente para eliminar los grandes enemigos del césped, como las plantas que compiten con él y animales dañiños (insetos, lombrices o arañas), lo que supone que éstos son posteriormente lavados por las aguas del riego del campo, lo que provocará la contaminación de las aguas subterráneas.
Aedenat critica al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (MICYT) por su obsesión en promocionar la construcción de más campos, según indica su Plan de Competitividad del Turismo Español de 1992, como elemento para atraer a turistas más adinerados.
El informe considera que el impacto ecológio que tienen esas instalacione es demasiado alto en relación con el elitista y minoritario público que lo reclama, aunque subraya "los intentos, desde las institucioens públicas, de crear campos de golf populares".
Entre esos proyectos, figuran varios del Ayuntamiento de Madrid, como el ideado en las cercanías del futuro cierre del Norte de la M-40, o el que se situaría en el Parque Juan Carlos I, en el Parque de las Naciones.
Según datos de la Secretaría General de Turismo, el golf atrae a unas 150.000 personas al año, que ejan una media de 113.000 pesetas, -tres veces más de lo que gasta un turista normal-, por lo que España ingresa cada año unos 17.000 millones de pesetas procedentes de ese turismo de élite.
(SERVIMEDIA)
10 Ago 1993
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