Hasta que el camionero se entregó, las pesquisas policiales barajaban la posibilidad de que el atropello de los portugueses hubiera sido un homicidio fruto de una reyerta.

Sin embargo, 12 horas después de los hechos el camionero se entregó a la Benemérita tras encontrar un zapato en la parte delantera de su vehículo. El conductor declaró que no se percató de siniestro en el momento en que circulaba por Alfaro y que sólo se dio cuenta de lo que había sucedido al encontrar el zapato.

Un vecino de Santander alertó a las 2 horas del miércoles de que dos cuerpos yacían en la cuneta de la carretera entre los kilómetros 340 y 341 de la N-232 a su paso por Alfaro, donde fue encontrado muerto el peatón portugúes Paulo Jorge Lopes Tavares, de 21 años, y herido grave José Agripino Vehlo Tavares, de 20.

El fallecido, que presentaba una fuerte contusión en la caeza, fue trasladado al depósito de cadáveres de Calahorra y el herido, con fuertes contusiones y heridas graves fue llevado al Hospital San Millán de La Rioja, donde recibió atención médica. En el momento del accidente, ambos jóvenes se dirigían a una acampada de temporeros situada a un kilómetro del lugar de los hechos.