Los recursos ajenos crecieron un 12,2 por ciento y se situaron en 20.864.000 millones de pesetas, en tanto que la inversión crediticia aumentó un 19,7 por cien y superó los dos billones.

El argen de intermediación se incrementó un 10,82 por cien, a pesar de que los costes financieros crecieron más que los ingresos, un 14,24 frente a un 12,87 por cien.

Destaca el fuerte incremento de las provisiones para cubrir los créditos insolventes, que se multiplicaron prácticamente por dos, y ascendían a finales del año pasado a 128.972 millones de pesetas.

Braulio Medel reconoció que los morosos de las cajas de ahorros crecieron un 37,8 por ciento en los once primeros meses de 1991 y que actuamente suponen el 5,3 por cien de los préstamos concedidos, seis décimas más que a finales del año 90.

Medel aseguró, no obstante, que los beneficios obtenidos por las cajas de ahorros en 1991 son "francamente positivos", valoración que también aplicó al crecimiento de casi un 20 por cien en las concesiones créditos.

A su juicio, los problemas derivados de la morosidad no deben empujar a las cajas a refugiarse en sus "cuarteles de invierno", porque están obligadas a no desvincularse de la situació de las economías regionales en las que operan, aunque no sea buena.

A este respecto, Medel expresó su confianza en que se produzca este año una moderada recuperación de la activididad, pero auguró que el PIB crecerá este año un 3 por ciento, tres décimas menos de lo que prevé el Gobierno.

En el caso concreto del sistema financiero, vaticinó que la liberalización financiera que comenzará a aplicarse a partir del próximo 1 de febrero supondrá una mayor competencia entre las entidades de crédito y l consiguiente estrechamiento de los márgenes financieros.

PLAN DE VIVIENDA

Por otra parte, Medel no concretó cuál será la aportación de las cajas de ahorros al Plan de la Vivienda puesto en marcha por la Administración, pero afirmó que será "suficiente" para respaldar su aplicación.

Sin embargo, Medel no ocultó que, en su opinión, el problema del acceso a la vivienda no radica en los tipos de interés hipotecarios, sino en el elevado precio de los pisos como consecuencia de la carestía del suel y la actuación de los constructores.

Instó asimismo a la Administración a eliminar los retrasos en el pago de las subvenciones a los créditos "blandos" para la adquisición de viviendas, por entender que es un "coste oculto" que tienen que pagar.