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CAJA LABORAL PREVÉ QUE SU MOROSIDAD SE DUPLIQUE HASTA EL 5,5% EN 2009 Y DESCARTA ABRIR MÁS OFICINAS

MADRID
SERVIMEDIA

Caja Laboral, entidad integrada en Mondragón Corporación Cooperativa, estima que su morosidad cerrará 2009 en el 5,5%, el doble que en 2008, cuando alcanzó el 2,21%, por el comportamiento de la economía real y la negativa evolución del paro.

Así lo explicaron hoy en rueda de prensa el presidente de la entidad, Juan María Otaegui, y su director general, Elías Atutxa, quien además adelantó que no abrirán ninguna nueva oficina a lo largo de 2009.

En 2008, la entidad inauguró 12 oficinas, 11 de ellas fuera del País Vasco, y la cifra total asciende a 401. Ahora, indicó Atutxa, la caja se plantea "parar las aperturas" y trabajar en "rentabilizar las oficinas actuales".

Sobre su previsión de morosidad, el director general de Caja Laboral reconoció que puede que su previsión sea algo pesimista, aunque destacó que prefieren ser prudentes, porque las dificultades económicas no acabarán en 2009 y se prolongarán durante 2010.

La concesión de nuevos créditos también se contraerá en 2009, en parte influenciada por una menor demanda de los clientes.

Así, la entidad vasca prevé conceder unos 1.000 millones de euros para hipotecas, casi un 29% menos que en 2008, casi lo mismo que caerá el crédito a empresas. Por su parte, los créditos al consumo se mantendrán estables en unos 350 millones.

En este sentido, los responsables de la entidad subrayaron que cuando se niega un crédito a un cliente es, sobre todo, "porque es malo para él, no va a poder devolverlo".

FUSIONES

El presidente de Caja Laboral se refirió también al frustrado proceso de fusión de BBK, Kutxa y Caja Vital, y se mostró convencido es una unión que se llevará a cabo en el futuro y que si fracasó fue por razones políticas.

Caja Laboral cree que la unión de esas tres entidades es "necesaria" y de "libro", aunque en el corto plazo tiene "inconvenientes".

Cuando esta fusión se lleve a cabo, Caja Laboral quiere aprovechar las oportunidades que surjan ante las "ineficacias" en la gestión propias de una operación de este tipo.

Según Atutxa, una fusión tarda entre uno o dos años hasta que la nueva entidad empieza a funcionar con normalidad, por lo que se puede aprovechar el "hueco" que dejen en ese periodo.

Luego, los responsables de la entidad de Mondragón reconocieron que tendrá que competir con una caja "más poderosa", y en ese momento decidirán qué estrategia adoptar.

(SERVIMEDIA)
10 Mar 2009
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