Según informó hoy la entidad bancaria, uno de los motivos que explican este descenso es que, haciendo un ejercicio de "prudencia", la caja se ha dotado con un fondo de provisiones para insolvencias de más de 50 millones de euros (un 41% más).

La constitución de este fondo pretende cubrir las espaldas al banco, en previsión de "pérdidas futuras derivadas de un aumento de la morosidad", que se situó, hasta junio, en el 1,78%.

Al margen de la moderación de sus beneficios, Caja de Burgos presentó en el primer semestre de 2008 un volumen de activo total un 12,2% mayor que el año pasado, hasta alcanzar los 11.844 millones de euros.

Según Caja de Burgos, la confluencia del proceso de desaceleración de la economía española, y especialmente del ajuste inmobiliario y de la tensión de liquidez de los mercados financieros internacionales, ha implicado una brusca contracción del ritmo de crecimiento del crédito, que al cierre del semestre alcanzaba un volumen de 8.323 millones de euros, con un avance del 10,2%.

Los recursos de la clientela alcanzaron la cifra de 9.558 millones de euros, con un aumento del 15,8% que se vio apoyado tanto en el buen comportamiento de las imposiciones a plazo, como en las últimas emisiones de títulos realizadas.

A pesar de las dificultades del momento, Caja de Burgos realizó en este periodo una emisión de bonos por importe de 200 millones de euros y la renovación de la octava emisión de pagarés por un importe nominal máximo de 3.000 millones de euros.