Caffarel compareció en rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Administración de RTVE para evaluar el eco de la huelga.

Sus palabras iniciales fueron para lamentar que las organizaciones convocantes de la protesta hayan optado por el "inmovilismo" y no querer negociar la propuesta de plan presentada por la SEPI, decantándose en cambio por la "intransigencia y el sabotaje".

Aseguró que los problemas "gravísimos" de deuda e ineficencia del grupo siguen un día después de los paros, pero los sindicatos han preferido por una actitud "que no es útil" y que no van a entender "muchos trabajadores que quieren acogerse a bajas ventajosas".

Caffarel también censuró a los representantes sindicales que no hayan querido negociar de verdad hasta ahora sobre el plan y que hayan presentado a última hora una contrapropuesta, la víspera de la huelga, que han hecho pública a través de los medios de comunicación sin enviársela al mismo tiempo a la SEPI y a la dirección de RTVE.

Pese a estos reproches, dijo que el deseo de diálogo con los sindicatos sigue en pie y se declaró "completamente convencida" de que finalmente habrá un entendimiento con ellos.

Para ello, les pidió que abandonen "las extorsiones y las coacciones" como las registradas ayer, que provocaron la interrupción del Telediario 1, y que renuncien a su deseo de imponer su modelo de RTVE, porque eso es algo que compete diseñar al Parlamento y a la futura dirección de la corporación.

Sobre el incidente del telediario, anunció que dos vigilantes jurados de Torrespaña, uno de ellos mujer, sufrieron lesiones en enfrentamientos con trabajadores y que habían presentado sendas denuncias.

Preguntada sobre posibles medidas sancionadoras, la directora general dijo que decidirá después de estudiar detenidamente los hechos y visionar el Telediario boicoteado.

Caffarel aprovechó para destacar la "profesionalidad" que, a su juicio, demostró la conductora del informativo, Ana Blanco.