La operación se saldó con la detención de los dos cabecillas de la red y con la localización de dos pisos utilizados coo sede de 14 empresas falsas, en los que se han recuperado productos por más de 400.000 euros.

Los responsables de la red crearon estas compañías fantasma y las registraron a nombre de personas con antecedentes, que no estaban relacionados con estas actividades.

Seguidamente, uno de ellos se daba de alta como autónomo, abría una cuenta bancaria y solicitaba cheques y pagarés con los que pagaría los pedidos.

Paralelamente, la red alquilaba pisos y locales que daban apariencia de una empresa e funcionamiento y realizaba un primer pedido a pequeñas empresas de productos alimenticios a las que pagaba al contado, para ganarse de esta forma su confianza.

Más tarde, adquirían grandes cantidades de mercancía, y, tras venderla inmediatamente a mitad de precio, las empresas ficticias cesaban en su actividad y desaparecían en menos de seis semanas.

La operación, llevada a cabo en 12 ciudades españolas, continúa abierta, por lo que no se descartan nuevas detenciones de personas relacionadas conla estafa.