En su comparecencia en la Comisión de Educación y Ciencia del Congreso reconoció que "seguimos teniendo unos índices de abandono escolar prematuro preocupantes y, precisamente para hacer frente a eso, en la Ley Orgánica de Educación hemos tratado de introducir la mayor flexibilidad en la Educación Secundaria Obligatoria".

Una flexibilidad que podría extenderse al Bachillerato para, como ya se se ha propuesto en Cataluña, repartir las materias de primero y segundo de Bachillerato en tres cursos.

Todo ello para atender de modo más individualizado a un alumnado heterogéneo y diverso. Un objetivo para el que también será clave, según Cabrera, la mayor autonomía de los centros escolares.