Del Burgo aprovechó la rueda de prensa sobre su obra "11- M. Demasiadas preguntas sin respuesta" para denunciar la posible colaboración entre terroristas islamistas y etarras, sin que ello signifique que ETA sea la responsable de la masacre.

"Quiero aclarar también, a ver si se entera el país, el país entero, quiero decir, que nunca he dicho que ETA estuviera detrás del atentado. Otra cosa es que no se haya realizado ninguna investigación digna de tal nombre sobre tal posibilidad ahora que sabemos que los islamistas y los etarras no son como el agua y el aceite", dijo.

Del Burgo insistió en la posible colaboración entre islamistas y miembros de ETA tras conocerse que el ex minero Emilio Suárez Trashorras declaró a la policía que uno de los cabecillas del 11-M, conocido como "El Chino", era amigo de los dos terroristas vascos que fueron detenidos en Cuenca cuando conducían hacia Madrid una furgoneta cargada con más de 500 kilogramos de explosivos.

El diputado popular ironizó que "ni con una turmix se consigue un resultado semejante" a la hora de mezclar dos elementos como el terrorismo islamista y el terrorismo vasco, sobre los que hasta ahora, recalcó, se mantenía que "que nunca se mezclan".

"EL GOBIERNO DE AZNAR NO MINTIÓ"

En presencia de Ángel Acebes, actual secretario general del PP y ministro del Interior entre el 11-M y el 14-M, Del Burgo señaló que la única "afirmación categórica" que incluye su libro es que "el Gobierno (de Aznar) no mintió" sobre la autoría de los atentados sino que "fueron otros los que organizaron la gran mentira para impulsar a los ateos de la política a votar el 14 de marzo".

Según dijo, la "gran mentira" sobre el 11-M comenzó cuando el actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, empiezó a difundir "en persona" que había terroristas suicidas entre las víctimas de los trenes.

Del Burgo recordó que, en esa misma emisora de radio, se arengó en plena jornada de reflexión a acudir a votar a las urnas al día siguiente durante el comienzo de un programa deportivo con el argumento de que "no todos los políticos son iguales".

Esta supuesta campaña concluyó, siguiendo el relato del autor del libro "11-M. Demasiadas preguntas sin respuesta", cuando el actual portavoz del Partido Socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, compareció en la noche del 13-M asegurando que los españoles no merecían "un Gobierno que les mienta".

Antes de terminar, se permitió leer un párrafo del libro que incluía una "licencia literaria" para relacionar a Al Qaeda, a ETA, al rey marroquí Mohamed VI, a Chirac y Schröder, a Maragall, Carod y a Zapatero como los beneficiarios de los atentados del 11-M y de las consecuencias políticas que derivaron.

CAMPAÑA DE "ACOSO Y DERRIBO" CONTRA EL PP

Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, denunció la "campaña de acoso y derribo" que hubo aquellos días hacia el Partido Popular y que "no tuvo precedentes en la historia de la democracia".

Aguirre alabó la "honradez casi anclada en la ingenuidad" con la que actuó el Gobierno de José María Aznar durante los días posteriores al atentado e insistió en que todavía está por aclarar "quiénes fueron los autores materiales e intelectuales" del 11-M.

Previamente, el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, proclamó que su partido seguirá trabajando "para conseguir que salga toda la verdad" porque "jamás vamos a aceptar el silencio desde nuestro papel de oposición".

Zaplana señaló que el debate sobre el 11-M está provocando "daños colaterales" al Parlamento, a los jueces y a los medios de comunicación por no seguir investigando todos los datos sobre los atentados.

Por su parte, el director del diario "El Mundo", Pedro J. Ramírez, y el director adjunto, Casimiro García-Abadillo defendieron que todavía quedan muchos elementos por aclarar sobre lo ocurrido aquellos días y adujeron que "la duda es la única manera de llegar a la verdad de los hechos".