Según informó el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), una llamada ciudadana avisó a la Guardia Civil de la situación de un posible artefacto explosivo sumergido en la Bahía de Alcudia. El artefacto se encontraba a dos millas de la costa, sumergido a veinticuatro metros de la superficie.

La Benemérita procedió a destacar al Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de Palma de Mallorca, que confirmó e identificó el hallazgo como un posible torpedo, dando aviso al Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima de la Armada (Covam) en Cartagena.

El Cuartel General de la Fuerza de Acción Marítima, a través del Covam procedió a enviar un equipo de desactivadores de explosivos que llevaron a cabo la intervención ‘in situ’ mediante el empleo de cargas explosivas especiales. Los buceadores confirmaron que se trataba de un torpedo alemán G7 sin espoleta explosiva, despejando la duda de la existencia de peligro.

La operación fue coordinada por el Sector Naval de Baleares en Porto Pi, para la buena ejecución del operativo, donde intervinieron la Policía Local y Protección Civil de Santa Margalida, el Club Nàutic C’an Picafort, el Regimiento Palma 47 del Ejército de Tierra y con el apoyo del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil de Palma de Mallorca.

La Unidad de Buceadores de Medidas Contraminas de la Armada también cuenta con personal especialista en desactivación de artefactos explosivos submarinos, al igual que otras unidades de buceo de la Armada. Esta actividad es competencia exclusiva de la Armada, al ser estas unidades las únicas capacitadas para realizar estas tareas.