Así consta en el último parte médico remitido al juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, quien había citado a Otegi para que declarase como imputado el pasado lunes, 13 de marzo, en relación a los actos violentos ocurridos durante la huelga el 9 de marzo en la Comunidad Vasca y Navarra, convocada por Batasuna.

Ese día, el magistrado se vió obligado a suspender "sine die" la comparecencia de Otegi, tras recibir un informe del médico-forense, según el cual el portavoz de la ilegalizada Batasuna padecía bronquitis y tenía fiebre, por lo que aconsejaba que permaneciera en reposo.

Así, Grande-Marlaska decretó que el médico forense examinase a Otegi en su domicilio cada 12 horas e informase al juzgado sobre su estado de salud y la posibilidad de que comparezca ante la Audiencia Nacional.

Las visitas del médico forense a la casa de Otegi deberán producirse "hasta el preciso momento que pueda inferirse que podrá abandonar el domicilio" y comparecer ante el juzgado de Grande-Marlaska.

Asimismo, el juez ordenó a la Ertzaintza que realice una "vigilancia estática continuada" en el domicilio del portavoz de la ilegalizada Batasuna y que si Otegi abandona su casa se lo comunique de forma "inmediata" al juzgado, con el fin de dictar la resolución judicial correspondiente.