BOYER CUESTIONA EL CALENDARIO PARA LA MONEDA UNICA Y LO CALIFICA DE OBJETIVO POLTICO "EXCESIVAMENTE APRESURADO"
- Ridiculizó un ejemplo utilizado por González para defender la necesidad de la moneda única
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Miguel Boyer, ex ministro de Economía y vicepresidente de Grucycsa, cuestionó hoy el proceso hacia la unión monetaria y la moneda única por considerarlo "excesivamente apresurado" y porque no tiene en cuenta las consecuencias económicas ni los costes del cumplimiento del calendario establecido para la tercera fase de la Unión Monetaria.
Boyer mnifestó, durante una intervención en una jornada organizada por la APD, sus reservas sobre el actual proceso de unión monetaria y mostró unos argumentos sumamente críticos hacia los planteamientos políticos que la animan puesto que, a su juicio, beneficiarían especialmente a Alemania, por el efecto de contener la revaluación del marco y, por tanto favorecerían la exportación de productos germanos.
El ex ministro pidió taxativamente que se abra un debate público en España sobre las ventajas y los inconenientes de la Unión Monetaria para nuestro país, incluso llegó a sugerir que se celebre algún tipo análisis final cuando se examinen las condiciones de convergencia, en línea con lo que algunos países como Alemania, Gran Bretaña y Dinamarca harán antes de dar el sí definitivo.
En un momento de su intervención, Miguel Boyer se calificó así mismo de "converso", puesto que reconoció que hasta las devaluaciones que se produjeron en 1992 y en 1993, que llevaron a la práctica desparición del sistema monetaio europeo, él participaba de lo que ha denominado "dogma oficial", según el cual, las devaluaciones eran poco eficaces e innecesarias.
Sin embargo, a partir de ese momento, tal y como expresó en su intervención pública, el ex ministro de Economía considera muy peligrosa la renuncia a utilizar el tipo de cambio como mecanismo de ajuste ante diferencias de precios con otros países o ante perturbaciones exteriores que puedan surgir en los mercados.
En este sentido, destacó los efectos positivos de as devaluaciones frente a la política de cambios fijos y estables, especialmente en el caso de un país como España.
"PARABOLA PARA NIÑOS"
En su intento de cuestionar la Unión Monetaria y la creación de una moneda única que comportará un mecanismo de cambios estables, Boyer criticó irónicamente a Felipe González, a quien acusó de utilizar una "parábola para niños" cuando explicó, para apoyar la necesidad de una moneda única, que una persona que saliera de España con 1.000 pesetas y viajara por diez píses comunitarios volvería sólo con 500 tras hacer los cambios de moneda precisos al cruzar las fronteras.
Miguel Boyer aseguró que este ejemplo supone desconocer la existencia de "tarjetas de crédito, traveller's cheques y otros medios de pago, cuya eficacia es reciente". Además señaló que la experiencia demuestra que el comercio y la inversión pueden prosperar espectacularmente con tipos de cambio variable.
En sentido contrario, el economista manifestó que el establecimiento de un sistema de paidades fijas como supondría la moneda única podría tener un alto coste en términos de crecimiento y de empleo.
Concretamente, Boyer manifestó que está convencido de que "los beneficios de eliminar los gastos de cambiar moneda y el riesgo de cambio son mucho menos importante que el enorme coste económico y social de prescindir de la variación de tipos de cambio para suavizar un ajuste necesario".
Miguel Boyer, sin embargo, se declaró a favor del mercado europeo unificado y sin trabas y de la liberad de movimiento de trabajadores y de capitales
Puntualizó, en cambio, que este objetivo debe conseguirse mediante el convencimiento de todos los ciudadanos europeos y del análisis de las realidades económicas, teniendo encuenta las consecuencias del proceso. "O se consigue un apoyo ciudadano amplio para los proyectos europeos, o serán débiles y efímeros", afirmó.
En cualquier caso, el ex ministro dejó entrever, además de su reservas sustanciales respecto de los planteamientos políticos de la entada en la unión monetaria a cualquier precio, que las voces que se están oyendo sobre la necesidad de alargar los plazos para la unión monetaria tienen carácter sensato, y afirmó que debe evitarse cualquier actitud dogmática que exagere los beneficios de la moneda única y amenaze "con todos los males si esta fé no triunfa o no se comparte".
Además, el vicepresidente de Grucycsa puso de manifiesto que los planes oficiales y la voluntad de los políticos europeos de cara a la Unión Europea comporta un risgo de división "entre un núcleo de los países que ya están prácticamente preparados para ella -Alemania, el Benelux, Austria y quizá Francia-, y luego todos los demás".
(SERVIMEDIA)
07 Feb 1996
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