Los tres encapuchados, que amenazaron al personal de la entidad según iban entrando en el local, se identificaron como miembros del GRAPO, aunque la policía baraja la hipótesis de que puedan ser dlincuentes comunes.

Los tres atracadores entraron en la entidad, situada en la calle Juan XXII esquina calle Concejo, gritando: "todos al suelo, esto es una acción del GRAPO, tranquilos y no pasará nada". Los encapuchados llevaban, según las mismas fuentes, guantes de cirujano y usaban intercomunicadores para hablar entre ellos.

Uno de los ladrones, colocado en el portal de la sucursal, fue el que sorprendió al director cuando, en torno a las 8, de la mañana se disponía a abrir la oficina. Despué fueron intimidando entre los tres ladrones a los empleados y a algún cliente hasta un total de 15 personas, a las que ordenaron que se tiraran al suelo mientras los encañonaban.

Después de acceder a la cámara blindada y hacerse con los 23 millones de botín se dieron a la fuga.