En declaraciones a Servimedia, Guerra denunció que hay "graves problemas de descontrol, que ocasionan importantes perjuicios a bares y discotecas, como el hecho de que los jóvenes "consuman en la calle y luego entre en nuestros locales a disfrutar de nuestro producto, pero sin consumir".

Guerra recuerda que estos "chiringuitos sin horario, que trabajan incluso más allá del horario comercial, incumplen todas las normativas".

Las explicaciones que afirman que los jóvenes hacen botellones porque las bebidas son caras en bares y discotecas "son poco afinadas". "La hostelería es más cara porque pagamos camareros, licencias, lo que eleva los costes de producción", añadió.

El responsable de la patronal de bars criticó que se afirme que los bares "vendemos garrafón y estos chiringuitos dan calidad óptima", cuando "ellos ni pasan controles de calidad sanitaria ni creo que sus trabajadores tengan el carné de manipulador de alimentos".

Guerra opina que sí puede lograrse una solución a este problema, pero que debe trabajarse en diferentes ámbitos: desde la educación de los jóvenes, hasta el cumplimiento de la normativa sobre suelo público de los ayuntamientos, que no permite abrir establecimientos ni ocupar esacios para usos comerciales allá donde se quiera.

"Ahora comienza la preocupación por este tema, pero no ha habido la suficiente sensibilidad", lamentó Guerra, que destacó la importancia de que representantes de todos los ámbitos afectados se hayan sentado para tratar de buscar una solución al problema.