A juicio de Borrell, la ley de cable sitúa a España entre los países con una legislación de telecomunicaciones más abierta a la competencia. "A partir de este momento, las famosas autopistas de la información dejan de ser en nuestro país un término afortunado para convertire en una realidad".

También destacó el alto grado de consenso parlamentario alcanzado en la aprobación de esta normativa que demuestra "el elevado interés de los grupos políticos por atender a las demandas sociales desde los presupuestos tecnológicos más avanzados".

El ministro considera que la ley de televisión local por ondas terrestres completa el mapa audiovisual español dando respuesta a una demanda real sobre la que existen iniciativas específicas plurales, muy próximas a las realidades conretas de los ciudadanos.

Para José Borrell estas dos leyes y la ley de telecomunicaciones por satélite, el Gobierno culmina prácticamente sus compromisos en materia de telecomunicaciones.