Borrell insistió en que el precio del agua en España no refleja sus costes como lo hacen otros productos, y aseguró que hay que buscar un equilibrio entre los gastos y los beneficios que se producen en la gestión de los recursos hidráulicos.

"Las cosas tienen un coste y el agua también. Hay que construir embalses, hacer canales, hay que depurarla y cada vez que consumimos agua y la ensuciamos geneamos lo que conomistas llaman externalidades", recalcó.

Esos costes, añadió, los paga el conjunto de la colectividad y "no se reflejan directamente en un precio como cuando uno va a comprar al supermercado, lo que obliga a buscar un equilibrio entre los costes y los beneficios que es lo que tiene el encargo de hacer la Secretaría de Estado para la Política del Agua".

El ministro dijo que es necesario hacer un uso más racional del agua en España, que habrá que acelerar los planes hidrológicos y qu harán falta más infraestructuras y una mejor gestión de los recursos hidráulicos para lograrlo.

Precisó que también los recursos financieros con los que se cuenta son limitados, "por lo que habrá que racionalizar las inversiones".

No obstante, advirtió a los representantes de las comunidades de regantes de todo el país que la política del agua es uno de los objetivos prioritarios de su departamento y "no será sacrificada por otras políticas más atractivas de cara a la opinión pública y con resulados más inmediatos".

Entre los principales problemas relacionados con el agua que, según Borrell, deberá afrontar su departamento está el de adecuar el tratamiernto de los acuíferos residuales a los de la CE.

"Tenemos un problema de depuración importantísimo -reconoció- y la obligación de cumplir con las recientes dirtectivas de la CE para ganratizar unos niveles de calidad del agua acordes con la política medio ambiental y eso obliga a intensificar el diseño de la política del agua en su doble irección de calidad y cantidad".