BORRELL CREE QUE EL PARLAMENTO EUROPEO DEFENDERÁ ANTE EL CONSEJO LA CONTINUIDAD DEL PROCESO
- Pide "cortar por lo sano" reflexiones como la del ministro italiano que reclama un referéndum para abandonar el euro
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El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, cree que los grupos políticos de la Cámara se inclinan mayoritariamente por mantener el calendario previsto de ratificación de la Constitución en los estados miembros, aunque será el próximo miércoles cuando se debata formalmente.
Ese día el Parlamento fijará su posición sobre el Consejo Europeo que se celebrará a partir del día 16 y Borrell será el encargado de trasladar el sentir de los eurodiputados a los jefes de Estado y de Gobierno.
Su opinión es que en ese debate se inclinarán "más bien a favor de que el proceso continúe", pero se mostró partidario de esperar al resultado del debate.
Pese a su deseo de que la posición del Parlamento "pese en el animo" de los mandatarios europeos, Borrell reconoció que el Consejo no estará supeditado a esa opinión y tiene "plenos poderes" de decisión.
Borrell reconoció que la situación creada por el rechazo francés y holandés a la Constitución es "excepcional", pero recordó también que las instituciones siguen funcionando con total normalidad.
Se preguntó, además, si Francia se plantearía paralizar el proceso en el caso de que hubieran sido España y Portugal los protagonistas del rechazo. "No lo creo", apostilló.
RECHAZO DE AL MENOS SEIS PAÍSES
Se mostró por ello partidario de aplicar lo que decidió en su momento la Conferencia Intergubernamental, es decir, que el proceso de ratificación prosiga y que sólo se paralice si la Constitución es rechazada por más de un quinto de los estados, es decir, por al menos seis.
Sólo en ese caso, dijo, el Consejo Europeo tendría que analizar "qué se puede hacer". Eso es lo que decidió la Conferencia y eso es, en su opinión, "lo que hay que hacer".
La escasez de identificación de los ciudadanos con Europa es uno de los factores que Borrell sitúa en el trasfondo de ese rechazo, pero está convencido de que ni Francia ni Holanda quieren abandonar al UE ni prescindir del proyecto europeo, por lo que se encontrará una solución.
Recordó que en la propia Convención ya se barajó la posibilidad de un referéndum conjunto de toda la Unión pero la idea fue abandonada porque se pensó que no era necesario. Borrell lo lamentó por entender que hubiera reforzado el sentimiento de ciudadanía europea, "y en el futuro habría que ir a este tipo de soluciones".
Borrell se mostró también claramente contrario a la "pausa de reflexión" solicitada por algún mandatario, porque hasta octubre de 2006, fecha límite establecida para las ratificaciones, "hay todo el tiempo del mundo para reflexionar".
En todo caso, Borrell se mostró partidario de actuar "con tranquilidad" y de "cortar por lo sano" reflexiones como la del ministro italiano de Trabajo, que ha propuesto un referéndum para que su país abandone el euro y regrese a la lira. Celebró, al menos, que el ministro de Trabajo italiano "no es, con todos los respetos, una autoridad monetaria reconocida".
Juzgó también con ironía como "idea genial" la de aplicar la Constitución Europea por partes, de la que se mostró también en contra porque podría ser entendida por los ciudadanos como "un trágala por la puerta de atrás", la aceptación del texto por la vía de los hechos sin necesidad de ratificación formal.
(SERVIMEDIA)
03 Jun 2005
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