BORRELL ABOGA POR REBAJAR LA FISCALIDAD DE LOS EMPLEOS MENOS CUALIFICADOS Y QUITAR DESGRAVACIONES DE VIVIENDA A LOS RICOS
-"Ampliar las bases impositivas reduciendo gastos fiscales o suficientemente justificados (como la desgravación por gastos sanitarios en el IRPF o la desgravación, en familias de rentas elevadas, por la compra de vivienda) sometiendo a tributación las rentas del capital de forma armonizada en la Unión Europea en la linea propuesta por el libro blanco de Delors".
-"Reducir la fiscalidad que soporta el empleo, en especial el de menor cualificación, sustituyéndolo por impuestos ecológicos e impuestos sobre el consumo (IVA y accisas)".
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, considera que, entre las reformas que necesita el Estado del Bienestar, debe acometerse la reducción de la fiscalidad que soporta el empleo, en especial el de menor cualificación, aunque compensándola con la subida de los impuestos sobre el consumo (IVA y especials) y la implantación de tributos ecológicos.
Asimismo, aboga por reducir algunos beneficios tributarios, suprimiendo la desgravaciones otorgadas en el IRPF para la compra de vivienda, si bien no con carácter general, sino solo a las familias de rentas elevadas.
Borrell enuncia estos planteamientos en un amplio artículo titulado "Reflexiones sobre el Estado de Bienestar", incluido en un libro que acaba de publicarse, "Visiones de una política de progreso", en el que también escriben Antonio Gutiérez, Diego López Garrido, Victoria Camps y otras personalidades políticas y académicas de izquierdas.
En su análisis, Borrell se muestra en contra de bajar la presión tributaria. A su juicio, "si el Estado debe continuar proporcionando servicios públicos de carácter preferente y reforzar sus mecanismos redistributivos para contrarrestar las nuevas formas de desigualdad y la progresiva dualización de nuestras sociedades, parece difícil compatibilizar esos objetivos con el objetivo de reducir la presión iscal que está en el centro de las propuestas de política económica de algunos partidos políticos. Y especialmente incompatible en España, con una de las presiones fiscales más bajas de Europa".
No obstante, sugiere que "serán precisas reformas en los mecanismos de financiación del Estado de Bienestar para minimizar los efectos negativos sobre los incentivos de los agentes económicos y sobre el crecimiento económico". Para ello, propone:
-"Ampliar las bases impositivas reduciendo gastos fiscales o suficientemente justificados (como la desgravación por gastos sanitarios en el IRPF o la desgravación, en familias de rentas elevadas, por la compra de vivienda) sometiendo a tributación las rentas del capital de forma armonizada en la Unión Europea en la linea propuesta por el libro blanco de Delors".
-"Reducir la fiscalidad que soporta el empleo, en especial el de menor cualificación, sustituyéndolo por impuestos ecológicos e impuestos sobre el consumo (IVA y accisas)".
Por otra parte, Borrel hace una declaración sobre su filosofía política, en la que afirma que ser progresista actualmente exige "no rendirse al culto del progreso cuantitativo", pero tampoco "atrincherarse en retóricas protestatarias que en ningún caso conducen a soluciones realmente progresistas".
Borrell se muestra contrario al modelo de mercado laboral norteamericano, por entender que genera más empleo pero a costa de una peligrosa dualización social, y señala que el sistema de pensiones afrontará dentro de unas décadasun problema real de envejecimiento de la población, pero que en ningún caso debe resolverse a base de potenciar las pensiones privadas.
A su juicio, en esta cuestión "la variable crucial no es la demografía; más importante es, y más crucial aún, el empleo, el output. Una caída en la fuerza laboral crea problemas en un esquema de pensiones sólo si causa problemas en el crecimiento de la producción. El problema puede resolverse en la medida en que el crecimiento económico esté garantizado".
Añade qe sí puede haber problemas en el caso de prosperar la tendencia a la reducción de impuestos y se muestra convencido de que "si implantánramos ahora un sistema de capitalización como el chileno, dentro de treinta años no evitaríamos el problema básico de redistribución intergeneracional que se planteará como consecuencia de que el conjunto de la renta nacional la producirá una proporción de activos inferior a la de hoy".
Borrell recuerda asimismo que la media del gasto de protección social en la Unión uropea se encuentra en el 26 por ciento del PIB, cuota que en España es del 21,4 por cien.
(SERVIMEDIA)
02 Mayo 1998
M