BONO LAMENTA QUE TRILLO NO ASISTIERA A SU TOMA DE POSESIÓN "POR ÓRDENES" DEL PP

-Jra que mientras sea ministro "no habrá asociaciones sindicales en las Fuerzas Armadas ni en la Guardia Civil"

-El Gobierno "no va a volver a dar la espalda a Naciones Unidas ni a los españoles"

MADRID
SERVIMEDIA

El ministro de Defensa, José Bono, lamentó hoy que su antecesor, Federico Trillo, no haya podido estar preente en su discurso de toma de posesión "por órdenes" del PP.

En una ceremonia de toma de posesión por todo lo alto, Bono aseguró que tanto Trillo como el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y otros dirigentes populares tenían previsto asistir, pero esta mañana llamaron para disculpar su ausencia.

El ministro relató que dos de ellos adujeron que "debían ir al odontólogo", pero que otros tres se sinceraron y le dijeron claramente: "no nos dean ir a tu toma de posesión".

Pese a estas ausencias, el acto de toma de posesión en el Ministerio de Defensa fue multitudinario y con un despliegue de medios sin precedentes en este departamento.

El auditorio era de lo más variopinto: desde el cantante Raphael y su mujer, Natalia Figueroa, al arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, pasando por Cándido Méndez y José María Fidalgo, el juez Baltasar Garzón, el escritor Antonio Gala, la actriz Concha Velasco o el periodista Pedro J. Ramírez

En el plano más institucional, también asistieron amigos del nuevo ministro, como Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura, y Francisco Vázquez, alcalde de La Coruña; la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; el secretario de Organización del PSOE, José Blanco; el sucesor de Bono en Castilla-La Mancha, José María Barreda, y todos los ex ministros de Defensa vivos.

PARADA MILITAR

El acto comenzó cn una parada militar en el patio del Ministerio, en el que Bono y Trillo pasaron revista a un batallón de honor del Regimiento Inmemorial del Ejército de Tierra. Tras un homenaje a la bandera, el nuevo ministro saludó a las personalidades invitadas.

A continuación, el ministro entrante y saliente subieron al despacho para hacerse la foto del traspaso físico de la cartera ministerial y, posteriormente, Bono, ya solo, volvió a bajar para pronunciar su discurso, durante más de media hora, flanqueado por os jefes de Estado Mayor de la Defensa y de los tres Ejércitos y por el director general del Centro Nacional de Inteligencia, Jorge Dezcallar.

Bono comenzó alabando las virtudes de sus principales invitados. De Raphael dijo que "ha venido porque quiere y porque yo quiero que esté" y que "no me avergüenzo de los que cometieron un error de adscripción cultural". Y aquí aprovechó para decir que su padre fue falangista y que "yo no soy más honrado que él".

A Fernández de la Vega le dijo que es "lo má llamativo del nuevo Gobierno", a Rodríguez Ibarra que es "un patriota" y muy "autónomo", a Blanco que "nunca se le va a reconocer el mérito que tiene", recordó a Garzón, "que tantas alegrías y disgustos ha producido", y a Pedro J. Ramírez, que tiene "una pluma bien dura y bien difícil".

Cuando llegó la hora de citar a los líderes de CCOO y UGT, aprovechó para entrar algo en materia y jurar que, mientras él sea ministro de Defensa, "no habrá asociaciones sindicales en las Fuerzas Armadas, que es tantocomo decir en la Guardia Civil".

RETIRADA DE IRAQ

En la parte más densa de su discurso, Bono se refirió a la retirada de las tropas españolas de Iraq y aseguró que el Ejecutivo "no va a volver a dar la espalda a Naciones Unidas ni a los españoles, que no aceptan la presencia de tropas en Iraq".

El nuevo ministro reconoció que "de esto sé poco", por lo que pidió ayuda a la cúpula militar en este nueva etapa. Y a estos militares les agradeció también que desde la aprobación de la Constitución y, obre todo, después del 23-F hayan sabido "defender aquello con lo que incluso no se está de acuerdo" y acomodar su mentalidad al servicio de los españoles.

Bono prometió que va a tratar de que la sociedad civil se abra a las Fuerzas Armadas y también que "el orden mundial sea entendido por la gente". Desde estas dos premisas, "ya veréis cómo va a ir la gente a los desfiles", auguró.

La lucha contra el terrorismo "hasta acabar con ellos" será otra de sus prioridades como ministro de Defensa, y acaó su discurso haciendo un alegato de su visión del patriotismo: "defender España es que haya igualdad de oportunidades" para todos en el acceso a la sanidad o en los colegios, independientemente de la comunidad autónoma en la que nos encontremos.

Reclamó que hay que "vivir el orgullo de una nación vieja y justa", en la que no hay que "exhibir el RH, el color, la ideología o la cuenta corriente", así como "reconocer la rabiosa y radical igualdad" de las personas.

(SERVIMEDIA)
19 Abr 2004
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