"La prueba d que habremos acertado al elegir a nuestra dirección no será la satisfacción personal que sientan los nuevos ejecutivos o los mil delegados que asistan al Congreso", argumentó, "sino que muchos españoles, al ver la foto de los elegidos, piensen que nos hemos tomado en serio la renovación. Una renovación que lleva a la integración no sólo por generosidad, sino por inteligencia".

Bono se mostró convencido de que "la unidad que va a alcanzar el PSOE en su Congreso no será la reproducción de la pasada. Launidad no puede ser ni de mármol ni de cemento".

Por ello, se mostró partidario de la transparencia, "para que nuestro afiliados, nuestros electores y nuestros adversarios", dijo, "puedan llegar a la conclusión cierta de que es verdad que tenemos diferencias pero que éstas son menos importantes que las coincidencias. Si no somos transparentes, si negamos la evidencia que nos separa, no podremos transmitir una imagen de verdadera unidad".

NO A LAS APARIENCIAS

"Nuestras diferencias no pueden ser pacas o amañadas con apariencias", manifestó Bono antes de denunciar que "por guardar las apariencias, privamos a los militantes de una capacidad de reacción ante la crisis, abierta en su dirección mucho antes de que estallara con aquellas votaciones en la Comisión Ejecutiva Federal y en el grupo parlamentario", en referencia a la elección de Carlos Solchaga como presidente del Grupo Parlamentario Socialista.

Bono opinó también que "la integración sólo es posible desde la lealtad y desde la convicciónde que la apuesta histórica del socialismo, el que proponemos y el que heredamos, está por encima de cualquier ambición personal".

El presidente castellano-manchego señaló que la reivindicación de la política está unida al cumplimiento de dos requisitos previos: "La reincorporación de elementos éticos, de modo que resulten evidentes algunos valores que hoy se cuestionan", y "la utilización de un lenguaje que, sin falsedad, pueda ser entendido por los ciudadanos".