Bono hizo estas declaraciones en una entrevista a Servimedia con motivo del 28 aniversario del intento de golpe de estado que el teniente coronel Tejero encabezó el 23 de febrero de 1981.

A su juicio, aquel día los españoles "nos vacunamos contra los salvapatrias" gracias al servicio a la democracia que prestaron "aliados muy especiales" como el rey Juan Carlos, el entonces presidente Adolfo Suárez y el que en ese momento era candidato a la Presidencia del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo.

"Las amenazas que entonces sentíamos y veíamos tan cercanas, como que un grupo de individuos entraron al Congreso dando tiros, están ya en la historia y hoy no pueden verse bajo ningún concepto amenaza de carácter parecido o similar", dijo.

Bono apuntó que, actualmente, "las amenazas que podemos tener están en el terreno de la insolidaridad y están más en el ámbito de nuestras relaciones democráticas, pero la democracia no está en peligro".

Eso es posible, en su opinión, gracias al papel que jugó el Rey de España, que aquella noche del 23-F "optó por su pueblo y por la libertad, en vez de ponerse de parte de los golpistas".

También gracias a la labor de Aldolfo Suárez, "que le echó el valor necesario para, procediendo del régimen anterior, apostar de manera decidida y de un modo muy decidido de aplauso por la libertad".

Bono ensalzó igualmente la inteligencia de Leopoldo Calvo Sotelo, cuya investidura se vio interrumpida por la entrada de los militares en el Congreso de los Diputados, y que una vez elegido presidente del Gobierno "supo administrar aquel juicio de guerra contra los golpistas".

Por todo ello, el actual presidente de las Cortes Generales destacó que los españoles pueden sentirse "orgullos" de la transición de la dictadura a la democracia por haberse realizado "de un modo tan fantástico que somos dignos de admiración en todo el mundo".

Bono manifestó que, con estos hechos, no se le puede quitar "ni un ápice de valor" a la Transición española, a la que se refirió como "un ejemplo muy digno de ser aplaudido".