Así lo desvela un estudio presentado este miércoles por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre los precios de gasolina y diésel de más de 10.000 estaciones de servicio tomados entre febrero y mayo y según el cual repostar en las más baratas implicaría un ahorro de al menos un 8% de media o hasta 0,18 euros el litro con respecto a hacerlo en las más caras.

El estudio, publicado en la revista Compra Maestra de julio de la asociación, que ha revisado la evolución de los carburantes a lo largo de estos últimos meses, revela que BonÀrea es la cadena más barata, con un precio “mucho más bajo” que la media en el caso del gasóleo A y gasolina 95 y que tiene supermercados y estaciones de servicio en Cataluña y zonas limítrofes de Aragón.

A continuación se sitúan la cadena de gasolineras automáticas Plenoil, GM Oil (ligada a los cash GM) y Campsa Express, la variante 'low cost' de Campsa. Petroprix iguala a las anteriores, pero solo en diésel y a ellas les siguen Alcampo y Gasexpress, todas con un precio “más bajo” que la media.

Por lo que respecta a las provincias, en Teruel y Lérida más del 40% de las gasolineras permiten repostar ahorrando al menos cinco céntimos respecto a la media. Además, en torno a una de cada cuatro también son baratas en Córdoba, Almería, Granada, Jaén, Murcia, Valencia, Tarragona, Zaragoza, La Rioja y Navarra, así como en Cuenca.

Por el contrario, en Asturias, Orense, Guipúzcoa y Baleares menos del 10% de las estaciones “pueden considerarse baratas” según OCU, que también constató que la evolución de los precios en las grandes cadenas petroleras españolas durante abril y mayo fue “peor que en otros países europeos”.

EVOLUCIÓN PEOR QUE EN LA UE

Así, mientras que los precios en España han ido experimentando una subida “paralela” a la de otros países del entorno, a juicio de la organización “no ocurrió igual cuando los precios empezaron a bajar” en abril y mayo. La entidad calculó que la evolución en España fue “cinco céntimos peor que la de otros países de la Unión Europea” y estimó que el "desfase" podría ser "casual", pero también "estar relacionado con los cinco céntimos que las grandes petroleras debían aportar para sufragar la medida”.

Por todo ello, volvió a pedir al Gobierno una “suspensión temporal” de todos los impuestos sobre la energía, incluidos los de los carburantes, teniendo en cuenta que, según puntualizó, el estallido de la guerra de Ucrania disparó unos precios que “ya eran altos”, hasta situarlos a finales de junio por encima de los dos euros/litro, tanto para el diésel como para la gasolina.

En este punto, advirtió de que la rebaja de 20 céntimos por litro aprobada por el Ejecutivo para paliar esta situación, “ha sido pronto absorbida por las subidas continuadas” y denunció que, según uno de sus estudios más recientes, un 36% de los consumidores ha “evitado” usar el coche durante los últimos meses a causa de la subida del precio de los carburantes.