En una entrevista en la Cadena SER recogida por Servimedia, Bolaños admitió que son “conscientes” de que era una “votación muy singular” porque partía de una “negociación complejísima”, ya que “no había nada que negociar” porque el texto “venía dado” del pacto social entre sindicatos y empresarios.

Por eso, como la mayoría de la investidura no estaba garantizada, indicó que hubo que buscar una “votación de personas a favor de no tocar el acuerdo y la mayoría natural o bloque de la investidura está absolutamente estable”. “Estoy convencido de que nos quedan dos años de legislatura, muchas leyes por delante y la estabilidad garantizada”, resumió el ministro de la Presidencia.

El ministro, uno de los negociadores del Ejecutivo y del PSOE para salvar el trámite parlamentario de la reforma laboral, respaldó los contactos con UPN. “Yo no me puedo arrepentir de practicar el juego limpio", señaló y añadió que el presidente del UPN, Javier Esparza, fue una persona “absolutamente traicionada” por sus dos diputados, Sergio Sayas y Carlos García Adanero.

Bolaños cuestionó que en lugar de poner “el foco, no en los que trabajamos el juego limpio, la política útil”, se centra “en los que están en las trampas, el juego sucio” y en practicar “una maniobra con malas artes”, denunció aludiendo al Partido Popular.

“Por supuesto que hubo dos tránsfugas, pero hay otro fijo, que abandonó Cs". Por lo que en el Congreso hay “tres tránsfugas y el transfuguismo no es ninguna broma” porque desvirtúa la voluntad popular.