Arboleas explicó que el día de la agresión sólo llevaba una bufanda de este equipo pero enrrollada a la cintura y bajo la cazadora, por lo que los 'boixos' no podían saber que era un hincha. Sin embargo, reconoció que llevaba el pelo muy corto, como habitualmente lo tienen los 'skinheads' (cabezas rapadas).

Asimismo, contó que cuando vio a los cinco 'boixos nois' se puso acorrer pidiendo socorro y se dio cuenta de que llevaban navajas. Según su versión, los que le persiguieron hasta el hotel Meliá Sarriá fueron tres.

Al intentar abrir la puerta giratoria no pudo y entonces se agachó y se cubrió la cabeza con los brazos, inmediatamente antes de que le atestaran dos puñaladas.

Por su parte, el vigilante jurado del hotel, Angel Esteban Guallar, que presenció los hechos, declaró que al salir del edifico vio a Arboleas en el suelo y más tarde al francés que murió, Fredric Rouquier, en medio de un charco de sangre.

En la sesión de hoy del juicio contra los 5 'boixos nois' acusados de un presunto delito de homicidio consumado y otro de homicidio frustrado también declararon varios miembros del grupo de homicidios de la Policía de Barcelona, que negaron haber coaccionado a los acusados para que confesaran cuando los detuvieron.

La vista oral continuará el lunes con declaraciones de otros testigos. El fiscal pide en sus conclusiones provisionales 108 años de cárce para los cinco acusados por los hechos ocurridos cerca del estadio de Sarriá el 13 de enero de 1991.