Según Beiras, el agente disparó friamente contra Rosa Diz y posteriomente efectuó un segundo disparo que no alcanzó a nadie porque, según explicó, una persona le levantó la mano en el momento de apretar el gatillo.

El incidente se produjo en la Plaza de Abastos de Villagarcía (Pontevedra), cuando dos agentes de la policía autonómica que vestían de paisano actuaron para intervenir una partida de dos kilos de jureles de pequeño tamaño. El altercado se generalizó cuando varias vendedoras de pescado de la Plaza salieron al exterior del recinto e increparon a los agentes. José Manuel Beiras pidió una declaración institucional de la Cámara gallega en solidaridad con los familiares de la víctima. El líder nacionalista criticó duramente a Manuel Fraga y le acusó de cobardía política por no comparecer en el Parlamento autonómico para explicar los hechos.

Por su parte, el consejero de la Presidencia de la Xunta de Galicia, Dositeo Rodríguez, ratificó en el Parlamento la versión ofrecida por el Ejecutivo de Manuel Fraga y aseguró que los dos policías implicados en el sucso sacaron sus armas por miedo a que las personas congregadas alrededor se las arrebataran.

Dositeo Rodríguez, que se refirió a Rosa Diz como una "víctima inocente", señaló que el primer disparo (el que causó la muerte a la mujer) se produjo en un forcejeo, ya que los agentes fueron sometidos a un "acoso tumultuario".

El portavoz del PSOE gallego, Antolín Sánchez Presedo, señaló que Manuel Fraga hizo una valoración injusta e inaceptable de los hechos, porque defendió la presunción de inocencia de agente pero se olvidó de reivindicar esa misma presunción para la víctima.