Blanco, que pronunció el discurso de clausura de las jornadas conmemorativas del 20º aniversario de la corriente crítica Izquierda Socialista, animó a los socialistas a "superar los complejos y los prejuicios" para derrotr al PP en las próximas elecciones autonómicas, previstas para el 2003, y generales, en el 2004.

Para ello, el dirigente socialista anunció que en la próxima reunión del Comité Federal, el PSOE aprobará "definitivamente las normas y las reglas del juego para dejar de hablar de nosotros y para preocuparnos por los problemas de la gente" y que la dirección del partido reconocerá "la pluralidad y la diversidad" de todas las corrientes ideológicas para convertir al PSOE en "un lugar habitable para más proresistas".

Durante su discurso, Blanco aseguró que el Gobierno del PP ha sustituido "el diálogo por la confrontación" y que sus promesas "se han ido por los aires".

Citó la "confrontación" con la comunidad universitaria, en su mayoría contraria a la Ley Universitaria, y la falta de diálogo con varias comunidades autónomas, como el País Vasco, Aragón o Extremadura.

Añadió que el PP "no cumple su palabra" cuando ha acordado subir los impuestos de los hidrocarburos y esté estudiando aplicarlo a tabaco, al alcohol y al gasóleo agrícola, y que no es capaz de preservar la "libertad e independencia" de los medios de comunicación, sino que, a su juicio, se ha pasado "de la manipulación a la censura".

En el terreno económico, mencionó que el PP prometió "liberalización y competencia", pero ha provocado "concentración de poder", y ha generado "inseguridad en el sistema financiero", al producirse "fallos en los mecanismos de control", sobre todo con el "papelón" de la Agencia Tributaria en el "casoGescartera".

En materia social, descalificó el plan de la familia ("el único plan que conoce el PSOE es el de ayuda a la familia Rato", señaló) y el plan integral contra la violencia de género, "que no es plan ni es nada".

Desde el punto de vista jurídico, lamentó que el Fiscal General del Estado, Jesús Cardenal, se erija en "un defensor del Gobierno" en lugar de preservar los intereses generales. Y, en fin, en materia laboral, afirmó que "hay más inseguridad laboral que nunca".