Blanco inauguró la Convención Municipal del PSOE en Sevilla con un recuerdo a las víctimas del 11-M, atentados de los que hoy se cumplen dos años, y un duro discurso contra el PP.

Una parte de esa diatriba contra el PP tuvo como motivación las supuestas negociaciones del Gobierno con el entorno de ETA, mezclado con la Convención Nacional que el PP celebró el pasado fin de semana.

"En el baile de carnaval" al que el PP llamó Convención, dijo Blanco, el asunto central fue si José María Aznar negoció o no con ETA, después de que él mismo dijera que se limitó a comprobar la voluntad real de la banda terrorista de abandonar la violencia.

Blanco reiteró que Aznar "sí negoció con ETA" y añadió: "Hizo bien en aquellas circunstancias, de la misma manera que, en las actuales circunstancias, el Gobierno hace bien en no admitir ninguna clase de diálogo sin que antes anuncien el abandono definitivo de las armas".

Subrayó que Aznar "negoció y fracasó" en su intento, "pero nadie le reprochó nada" porque la oposición en aquel momento era "sensata y con sentido de Estado, justamente lo que no existe ahora".

"Lo que no entiendo", añadió Blanco, "es por qué abominan las pocas cosas que hicieron bien". "Si quieren arrepentirse de algo", les dijo, "que se arrepientan de haber metido a España en una guerra ilegal, del Prestige, de la política antisocial, de haber mentido y engañado tanto a los españoles".

Blanco criticó también al presidente de la patronal CEOE, José María Cuevas, por algunas de sus últimas declaraciones, entre ellas la distinción entre empresarios vascos por su actitud ante un hipotético proceso de paz que juzga "una barbaridad".

"Mientras dice las enormidades y barbaridades que dice, los empresarios vascos, defendiendo el proceso de paz, le han llamado insolidario. Le podían haber llamado algo máscontundente y, seguramente, tendrían razón", dijo.

En su opinión, "frecuentemente" Cuevas no habla como empresario, como en esta ocasión, "sino como militante de la derecha radical". Afortunadamente, agregó Blanco, la mayoría de los empresarios "no piensa así, quieren la paz, defienden los derechos de la mujer y la igualdad".

Esa igualdad de las mujeres y los hombres que el Gobierno persigue con el anteproyecto aprobado recientemente fue otro motivo por el que Blanco criticó a Cuevas después de su oposición a esa norma y de advertir de que con ella el Ejecutivo arriesga el diálogo social.

Blanco habló de algún "empresario rancio" que se opone a ese objetivo y dijo después, dirigiéndose expresamente a la patronal, que el Gobierno "no dará ni un paso atrás" en su pretensión de garantizar esa igualdad.

Después de 26 años al frente de la patronal de empresarios, dijo Blanco, Cuevas "ya podía tener un poquito más de sensatez, aunque no nos sorprende. Lo que no puede ser, no puede ser", remachó.

"La derecha española es como es", explicó. "Frente al deseo de paz prefiere participar en una guerra; frente a la igualdad prefiere una sociedad de privilegiados y excluidos, y frente a un sector energético fuerte, porque Cataluña, menos para ellos, sigue siendo España, prefieren uno a medio gas y alemán".

A la vista de todo ello, concluyó Blanco, "¡qué razón tenía!" el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando llamó a los dirigentes del PP "patriotas de hojalata".

Como mensaje de conclusión a los socialistas y al conjunto de la sociedad, Blanco aseguró que nadie callará la voz del PSOE "ante el engaño, las injurias y la crispación". "Y no se trata del ¡y tú más´. Se trata de poner blanco sobre negro, de que la verdad triunfe sobre la mentira".