DEPENDENCIA

LOS BENEFICIARIOS PAGARÁN 3.152,7 MILLONES EN 2015, UN TERCIO DEL COSTE DEL SISTEMA

- Según la Memoria Económica del anteproyecto de Ley de Autonomía Personal y Atención a las Personas Dependientes

MADRID
SERVIMEDIA

Los beneficiarios del Sistema Nacional de Dependencia (SND) deberán aportar en 2015, cuando el cuarto pilar del estado de bienestar esté plenamente desarrollado, un total de 3.152,7 millones de euros.

Así lo refleja la Memoria del Análisis de Impacto Normativo, Económico, de Género e Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal que acompaña al anteproyecto de ley de promoción de la autonomía personal y de atención a las personas en situación de dependencia.

La memoria, de 62 páginas, a la que ha tenido acceso Servimedia, sitúa el coste total del sistema en 9.355,49 millones de euros.

El coste se reparte del siguiente modo: 4.425,80 millones de euros son aportados, a partes iguales, por Administración Central y comunidades autónomas; 1.776,93 millones de euros corresponden a recursos que ya se destinan a esta materia; y 3.152,74 millones que deberán pagar los usuarios.

También tendrán que sumarse a la financiación del sistema de dependencia las corporaciones locales, aunque lo harán de un modo peculiar, pues, según dice la memoria, aportarán "los terrenos necesarios para la creación de infraestructura de centros".

Del dinero que aportarán el conjunto de las Administraciones Públicas, la mayor parte se dedicará al pago de servicios de atención a la dependencia y a las prestaciones vinculadas al mismo, que se llevará 4.241,42 millones de euros.

Habrá, además, 100 millones para ayudas técnicas y adaptación de viviendas y 84,38 millones más como gastos de valoración de las personas dependientes y gestión del sistema.

375 EUROS POR USUARIO

La financiación media de las Administraciones Públicas por beneficiario del sistema de dependencia es, según refleja la memoria, de 375 euros, aunque fuentes de Trabajo y Asuntos Sociales consultadas por Servimedia elevan esta cifra a cerca de los 400 euros, si se considera el actual gasto dedicado a esta materia.

La aportación que hará el usuario se determinará en función de su nivel de renta y patrimonio, y la memoria económica establece una serie de cuestiones a tener en cuenta.

Así, en el caso de las personas que sean atendidas en residencias, se garantizará "una cantidad para gastos personales" de la persona dependiente.

El Gobierno aboga por dar un "diferente tratamiento" a los beneficiarios de ayudas a domicilio, de quienes van a ser atendidos en residencias públicas o concertadas.

En el primer caso "la persona ha de seguir haciendo frente a los gastos de vivienda, manutención y demás gastos ordinarios", mientras que en el servicio de residencia "la persona se ve liberada de la totalidad o de una parte de los gastos citados anteriormente".

En materia de residencias, el anteproyecto apunta que "habría que triplicar" el stock residencial actual, lo que tendría un efecto positivo en producción y empleo.

En términos de creación de puestos de trabajo, se apuntan los diferentes estudios incluidos en el Libro Blanco, que dan como resultado 263.000 empleos para una implantación del sistema en el periodo 2005-2010.

EFECTOS DE GÉNERO

La memoria incorpora un extenso capítulo con el impacto de esta norma por razón de género, en el que se hace referencia a la situación concreta que viven los cuidadores, el 83% de los cuales son mujeres.

La mayor parte de ellas, cuatro de cada cinco, "no recibe de forma regular una recompensa o ayuda económica por parte de la persona mayor a la que prestan ayuda. Entre el grupo de cuidadores que sí la reciben", para "casi la mitad" su ingreso extra permite cubrir los gastos.

Sin embargo, hay una serie de efectos "negativos" derivados del cuidado de personas dependientes que se agrupan, dice la memoria, en tres ejes.

Por un lado laborales, ya que el 26% de los cuidadores no puede plantearse trabajar; el 11,5% ha debido abandonar su puesto de trabajo, y el 12,4% ha tenido que reducir su jornada.

Por otro afectan a la salud, ya que el 51,2% de quienes cuidan a personas dependientes "se encuentran a menudo cansadas"; el 32,1% "se sienten deprimidas" y el 28,7% "piensa que las tareas que realizan está deteriorando su salud".

En tercer término, se refieren los efectos sobre la vida afectiva y relacional del cuidador, ya que el 64,1% dice que se han visto obligados a reducir su tiempo de ocio y el 48,4% afirma que no puede ir de vacaciones.

(SERVIMEDIA)
10 Ene 2006
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