Las modificaciones entrarán próximamente en vigor. Entre éstas destaca también un refuerzo de las fuerzas de seguridad en los aeropuertos, que recibirán un formación complementaria, informa la prensa belga. El grueso de estos cambios forma parte de unas recomendaciones elaboradas en junio por el Ministerio del Interor.

En lugar de la "técnica del cojín", las autoridades belgas darán prioridad al uso de la presión psicológica para expulsar a los inmigrantes ilegales que se resistan. La detención del demandante de asilo en centros cerrados, hasta ahora por un tiempo limitado, podrá prolongarse indefinidamente hasta que la persona acceda a ser repatriada.

Lo que no ha cambiado son las repatriaciones. Tras el paréntesis marcado por la muerte de Semira, el Gobierno belga ha decidido retomar las expulsiones pendintes.

Mientras el Gobierno presentaba su plan de reforma, más de 5.000 personas se manifestaban frente a uno de los centros para inmigrantes (el de Vottem) para exigir su apertura. Al final, la policía antidisturbios cargó sus mangueras contra los manifestantes.