El rotativo indica que se trata de la primera vez que la cuestión de prohibir "pura y simplemente" los partidos de extrema derecha se plantea en el seno del Gobierno belga. Sería una "pre-declaración de guerra" recogida en una nota de 20 folios, a la que ha tenido acceso "Le Soir" y que ha sido elaborada por la vice-primer ministra, Laurette Onkelinx (PS).

La prensa considera el textoen sí como "una carga de nitroglicerina", en la que destacan párrafos como: "el contexto político belga, caracterizado por una progresión constante de fuerzas anti-democráticas, plantea la cuestión de la inserción en el derecho nacional de un dispositivo que permita atacar la existencia de estas formaciones políticas".

Este borrador del texto no ha sido estudiado en el Consejo de Ministros de ayer y se prevé que será objeto de una larga y difícil deliberación entre los miembros de la coalición actual. "Le Soir" recuerda, por otra parte, que un proyecto de prohibición tal, y a tan sólo siete meses de las elecciones municipales en Bélgica, vendría a encender los ánimos de muchos demócratas en Flandes, refiriéndose concretamente al bloque político de extrema derecha "Vlaams Blok", que cuenta con un importante apoyo popular.