La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide que cada uno de los dos acusados sea condenado a 308 años de prisión por asesinato terrorista, 16 tentativas de asesinato, estragos, robo y falsificación de documentos oficiales. Asimismo, solicita que ambos indemnicen a la viuda y a los hijos del militar asesinado con un total de 150.000 euros.

Además, el Ministerio Público pide que durante cinco años se les prohiba aproximarse a la víctima y los hijos del citado militar o comunicarse con ellos, y que durante ese tiempo tampoco puedan acudir a Madrid o al lugar de residencia de la familia de la víctima.

Según el escrito de conclusiones provisionales, el fiscal considera probado que Ana Belén Egües y Aitor García Aliaga integraban, con otras tres personas, el "comando Buru-Ahuste" de ETA, que actuaba en Madrid y que decidió acabar con la vida del general Justo Oreja.

Ana Belén Egües y otro miembro del "comando" fueron los encargados de recabar toda la información sobre los hábitos y movimientos del militar.

Para llevar a cabo el atentado, el "comando" robó un vehículo, al que le cambiaron las placas de matrícula y en el que introdujeron tres artefactos explosivos que previamente preparados. El 27 de junio de 2001, Ana Belén Egües y otro etarra lo aparcaron en las inmediaciones del domicilio de la víctima.

Según la Fiscalía de la Audiencia Nacional, fueron Ana Belén Egües y Aitor García quienes sacaron una bicileta del maletero del citado coche y montaron una de las bombas en ella.

ESPERANDO A LA VÍCTIMA

Mientras ella quedaba al volante del coche, él colocó la bicicleta a la altura del número 134 de la calle López de Hoyos y esperó a que la víctima se acercara a pie para accionar la bomba por radio control.

La deflagración causó al militar politraumatismo y quemaduras en el 50 por ciento de la superficie corporal. Como consecuencia, días después sufrió un shock séptico que le produjo la muerte. Estaba casado y tenía cuatro hijos.

La explosión de la bomba también causó heridas a 16 personas y provocó diversos daños materiales en inmuebles y vehículos estacionados en las inmediaciones del atentado.

Aitor García Aliaga y Ana Belén Egües fueron detenidos meses más tarde, el 7 de noviembre de 2001, gracias a la colaboración de un "héroe anónimo", que les siguió después de que cometieran en la calle Corazón de María, en Madrid, el atentado que acabó con la vida del que era secretario general de Política Científica del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Juan Junquera.

Por su participación en este atentado, Ana Belén Egües y Aitor García fueron condenados por la Audiencia Nacional a un total de 1.042 años de cárcel cada uno.