En su intervención en un mitin de campaña en Bilbao, Belarra atacó por primera vez a los pequeños propietarios de pisos y no a los fondos de inversión, y diagnosticó que la vivienda es “el principal eje de desigualdad de nuestra sociedad”, porque “no hay una diferencia más abismal” que la que existe entre los “rentistas”, los que “van a poder heredar una vivienda, y los que “van a tener que vivir de alquiler toda la vida”. Así, describió el alquiler como “una bomba de extraer recursos de las clases más bajas de nuestra sociedad a las más altas”, de forma que las elecciones del 28-M son “una especie de referéndum sobre el derecho a la vivienda”.

En esta tesitura, aseguró que los candidatos de Unidas Podemos son los únicos que, “cuando se apaguen las luces de la campaña electoral, se van a dejar la piel para que se regulen los precios del alquiler”, se declaren zonas tensionadas en los municipios, la condición que establece la Ley de Vivienda para limitar las rentas; y para que se suba el IBI a las viviendas vacías y se reserve a alquiler social un 20% de los pisos de las nuevas promociones inmobiliarias.

En esta tesitura, aseguró que los candidatos de Unidas Podemos son los únicos que, “cuando se apaguen las luces de la campaña electoral, se van a dejar la piel para que se regulen los precios del alquiler”, se declaren zonas tensionadas en los municipios, la condición que establece la Ley de Vivienda para limitar las rentas; y para que se suba el IBI a las viviendas vacías y se reserve a alquiler social un 20% de los pisos de las nuevas promociones inmobiliarias.

En este punto, insistió en su mensaje de los últimos días de que, aunque ahora “todo el mundo saca pecho de las medidas” incluidas en la Ley de Vivienda, “nadie puede olvidarse” de que el PSOE ha “tardado cuatro años” en acceder a la exigencia de Podemos, ni de las reuniones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los “fondos buitre”.

SÁNCHEZ Y LA VIVIENDA PROTEGIDA

Por eso, aunque ayer Sánchez prometió aumentar un 50% la vivienda protegida, ella objetó que “es imposible creer las promesas electorales del Partido Socialista”, y que el presidente, para ser más exacto, debía haber anunciado: “Podemos me va a obligar a aumentar la vivienda protegida un 50%”.

Siguiendo con las distancias respecto al PSOE, aplicó al País Vasco otro de sus mensajes recurrentes de campaña: que en esa comunidad hay “una fuertísima alianza conservadora entre el PNV y el PSOE”, que gobiernan en coalición; una alianza que “tiende a conservar lo que hay”, con “algunos pocos retoques cosméticos”, pero “nada de lo fundamental, d ellos problemas reales, se va a transformar”.

En la misma línea, añadió que, aunque en campaña “lo que promete todo el mundo es bastante parecido”, el PSOE, cuando está solo, aprueba medidas como los avales a la compra de pisos y “le deja hacer lo que quiera al Partido Popular”. Es más, criticó al PSOE por subir de rango al teniente general de la Guardia Civil Arturo Espejo Valero, a quien apuntó que “toda la evidencia disponible” señala como uno de los responsables de la muerte de Mikel Zabaltza (ella dijo “Zabala”, en posible confusión con otra de las víctimas de los GAL), y por “arrodillarse ante Marruecos” para cambiar la posición histórica de España sobre el Sahara Occidental.

La líder de Podemos volvió a abanderar la valentía y “no que te tiemblen las piernas”, como interpretó que le sucede al PSOE, para hacer frente a la derecha “asalvajada”, capaz de tumbar “el principal éxito institucional” de la izquierda en la legislatura, “llevar el ‘sólo sí es sí’ al Código Penal”. De la derecha presumió que “van a derogarlo todo”, y hoy atacó directamente al vicepresidente de Vox, Javier Ortega Smith, a quien “todo lo que no sea ser el lamebotas de una banca internacional le parece a bolchevique”, en particular las principales medidas de la Ley de Vivienda.

Cuando dio paso a la intervención del secretario de Organización de Izquierda Unida, Ismael González, Belarra celebró su coalición en 10 comunidades autónomas de las 12 que celebran comicios y en el País Vasco, Cataluña, Galicia y Castilla y León para las municipales, y proclamó: “El camino de la unidad es el único posible. En Izquierda Unida y en Podemos lo tenemos desde hace tiempo muy claro”. Luego, no tuvo problema en aplaudir los elogios de González a la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y al Ayuntamiento de Rivas, pese a que Podemos se borró de la coalición con IU y Más Madrid para revalidarlo.