En su último informe mensual sobre la situación económica y financiera en la Unión Económica y Monetaria (UEM), el BCE dice que "a corto plazoes probable que la subida de precios del petróleo y la depreciación efectiva del euro durante el primer semestre de 1999 ejerzan presiones al alza sobre los precios de la zona euro".

No obstante, señala que "la intensificación de la competencia en algunos sectores debería contribuir a moderar las presiones sobre dichos precios". También apunta como factor compensador de las subidas de precios en los productos energéticos, el comportamiento moderado de los alimentos y de los salarios.

Con todos lo datos disponibles, añade el BCE, "las perspectivas de que se mantenga la estabilidad de precios siguen siendo favorables".

"Pese a ello", prosigue el informe, "será necesario seguir atentamente durante los próximos meses el comportamiento de los agregados monetarios y crediticios", entre otras variables económicas.

La información más reciente, señala el BCE, "ha confirmado que el crecimiento de la producción de la zona del euro debería relanzarse durante la segunda parte de 1999".

El BCE jutifica sus cautelas con los mismos elementos que emplea para anticipar una mejoría económica. Según sus expertos, existe una mejora de la confianza en la situación económica por parte de las empresas y los consumidores, y una buena posición de liquidez en manos de los residentes de la zona euro.

Estas circunstancias, según el Banco Central Europeo, facilitan una mejora de la demanda y de la actividad económica, pero también pueden desencadenar escaladas de precios, de ahí su consejo de hacer un seguimento atento de todos estos factores.