Para el Servicio de Estudios del BBV, el comportamiento del IPC en los dos primeros meses del año, además de recoger el efecto contrario del aumento del IVA, "muestran un efecto menos inflacionista de lo esperado, por el cambio de estructura del nuevo IPC, en la coyuntura recesiva actual de la economía".

A juicio de los responsables del BBV, los datos del IPC de febrero no confirman el cambio de tendncia hacia precios más crecientes iniciado en meses anteriores en los precios de los alimentos.

Por lo que se refiere a la inflación subyacente (sin productos frescos ni energía), señala que se ha moderado la tasa anual, a pesar de que todavía mantiene crecimientos elevados como consecuencia de la resistencia a la baja de los precios de los servicios.

Esta entidad considera que se mantiene la dualidad en el comportamiento de los precios, con tasas anualizadas muy divergentes entre los diferentes rupos.

Pese a ello, el BBV cree que los datos de inflación de enero y febrero permiten esperar un crecimiento "muy moderado" de los precios en 1993, en torno al 4 por ciento. Este banco prevé un ligero repunte de la tasa de inflación anualizada en los meses previos al verano y una posterior desaceleración que podría situar la inflación a final de año por debajo del 4 por ciento.