Además de la presencia de furgones y miembros de la Policía Nacional, la medida más destacada es el control minucioso al que están siendo sometidos los vehículos que acceden al aparcamiento subterráneo situado junto a la Cámara Baja.

Este control está consistiendo en la anotación del Documento Nacinal de Identidad de la persona que procede a dejar su automóvil, así como el examen de los bajos del coche mediante espejos, por si ocultase artefactos explosivos.

Al mismo tiempo, las fuerzas policiales han procedido a cortar la Carrera de San Jerónimo, donde se encuentra el Congreso, en la parte más próxima al Paseo de la Castellana.

Asimismo, los agentes tienen orden de impedir aparcar en las inmediaciones de la Cámara Baja, incluso en aquellos lugares reservados para diputados y personal de l sede parlamentaria.

Este dispositivo está siendo desarrollado por varias decenas de policías nacionales, que se han desplazado al lugar en al menos cinco furgones que se encuentran aparcados frente a la Cámara Baja.