Ciencia

Un barco hundido en la Segunda Guerra Mundial filtra contaminantes en el Mar del Norte

MADRID
SERVIMEDIA

El naufragio histórico de un barco ocurrido hace 80 años durante la Segunda Guerra Mundial todavía influye en la microbiología y la geoquímica del fondo del Mar del Norte (ubicado entre las costas de Noruega y Dinamarca al este, las de las islas británicas al oeste y las de Alemania, Países Bajos, Bélgica y Francia al sur), donde descansa.

Así se explica en un estudio elaborado por siete investigadores de instituciones de Bélgica y publicado este martes en la revista ‘Frontiers in Marine Science’. El trabajo señala que los restos del barco hundido están filtrando contaminantes peligrosos, como explosivos y metales pesados, en el sedimento del fondo oceánico del Mar del Norte.

El lecho marino del Mar del Norte está cubierto por miles de restos de barcos y aeronaves, agentes de guerra y millones de toneladas de munición convencional, como proyectiles y bombas.

Los naufragios contienen sustancias peligrosas (como petróleo y explosivos) que pueden dañar el medio ambiente marino. Sin embargo, falta información sobre la ubicación de los restos de los barcos hundidos y el efecto que podrían tener en el medio ambiente.

“El público, en general, a menudo está bastante interesado en los naufragios debido a su valor histórico, pero el impacto ambiental potencial de estos naufragios a menudo se pasa por alto”, indica Josefien Van Landuyt, de la Universidad de Gante (Bélgica).

Así, se cree que los naufragios de la Primera y Segunda Guerra Mundial en todo el mundo contienen conjuntamente entre 2,5 millones y 20,4 millones de toneladas de productos derivados del petróleo.

“Si bien los naufragios pueden funcionar como arrecifes artificiales y tener un tremendo valor narrativo humano, no debemos olvidar que pueden ser objetos peligrosos creados por humanos que se introdujeron involuntariamente en un entorno natural”, continúa Van Landuyt, quien añade: “Hoy, los nuevos naufragios se eliminan exactamente por esta razón”.

'V-1302 JOHN MAHN'

Van Landuyt y sus colegas investigaron cómo el naufragio del 'V-1302 John Mahn' en la parte belga del Mar del Norte está afectando el microbioma y la geoquímica en el lecho marino circundante.

“Queríamos ver si los viejos naufragios en nuestra parte del mar (Bélgica) todavía estaban dando forma a las comunidades microbianas locales y si todavía estaban afectando el sedimento circundante. Este análisis microbiano es único dentro del proyecto”, recalca Van Landuyt.

El 'V-1302 John Mahn' fue un arrastrero de pesca alemán que fue requisado durante la Segunda Guerra Mundial para usarlo como patrullero. En 1942, durante la 'Operación Cerberus', fue atacado por la Royal Air Force británica frente a la costa belga, donde rápidamente se hundió hasta el fondo del mar.

Para analizar la bioquímica y la geoquímica alrededor del naufragio, los investigadores tomaron muestras del casco de acero y del sedimento y sus alrededores a una distancia cada vez mayor y en diferentes direcciones.

Encontraron diversos grados de concentración de contaminantes tóxicos dependiendo de la distancia desde el naufragio. En particular, hallaron metales pesados ​​(como el níquel y el cobre), hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH, químicos que se encuentran naturalmente en el carbón, el petróleo crudo y la gasolina), arsénico y compuestos explosivos.

Las concentraciones más altas de metales se encontraron en la muestra más cercana a la carbonera del barco. El sedimento recién depositado tras el naufragio tenía un alto contenido de metales. Las concentraciones más altas de PAH se encontraban más cerca del barco.

“Aunque no vemos estos viejos naufragios, y muchos de nosotros no sabemos dónde están, aún pueden estar contaminando nuestro ecosistema marino”, indica Van Landuyt, antes de agregar: “De hecho, su edad avanzada podría aumentar el riesgo ambiental debido a la corrosión, que está abriendo espacios previamente cerrados. Como tal, su impacto ambiental aún está evolucionando”.

"La gente a menudo olvida que debajo de la superficie del mar, nosotros, los humanos, ya hemos tenido un gran impacto en los animales, microbios y plantas locales que viven allí y todavía estamos haciendo un impacto de sustancias químicas, combustibles fósiles y metales pesados​​de a veces un siglo de antigüedad”, concluye Van Landuyt.

(SERVIMEDIA)
18 Oct 2022
MGR/clc