La propuesta aprobada por la Comisión de Gestión define las viviendas que serán objeto de aislamiento. Para ello, deberán estar incluídas en determinadas zonas, delimitadas por contornos de ruido (líneas isófonas) que se definirán en junio tras el estudio que está realizando el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Escuela de Arquitectura de Madrd.

Posteriormente, y una vez acreditada la condición de vivienda afectada, los propietarios deberán aportar los datos necesarios para que la Comisión de Gestión apruebe la obra de insonorización, previo informe de una comisión técnica creada a tal efecto.

A partir de entonces, los propietarios de las viviendas deberán pedir el presupuesto para las obras, que posteriormente AENA abonará al contratista. La actuación será finalmente anotada en el Registro de la Propiedad, para que conste su condició de vivienda aislada acústicamente.

AENA tiene 2.000 millones de pesetas presupuestados en este ejercicio para este cometido y más de 1.000 millones anuales hasta la finalización del Plan.