BANESTO VENDE EL TOTTA Y AZORES A ANTONIO CHAMPALIMAUD, UN EMPRESARIO PORTUGUES, POR 122.500 MILLONES

MADRID
SERVIMEDIA

Banesto ha vendido el 50 por cien que controlaba en el Banco Totta y Azores alempresario portugués Antonio Champalimaud, por un importe de 122.500 millones de pesetas, unos 153.000 millones de escudos, a pagar entre el 30 de marzo del 95, en el que se materializará la operación, y el 31 de diciembre de 1997.

Fuentes de Banesto indicaron a Servimedia su satisfacción por el precio obtenido en la operación, así como por la salida aportada al conflicto de intereses suscitado entre España y Portugal en torno a la presencia de Banesto en el Totta, y que suponía yuna transgresión de ls leyes portuguesas sobre participación extranjera en entidades financieras.

Tanto la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) española, como el órgano de control de los mercados portugueses suspendieron hoy las respectivas cotizaciones de ambas entidades a la espera de que se hiciera pública la noticia de la venta del banco portugués por Banesto y los términos del acuerdo.

Este compromiso, que ahora debe ser ratificado por las autoridades portuguesas, contempla la venta del 25 por cien qu Banesto tenía directamente en el Totta y Azores, así como el otro 25 por cien que controlaba indirectamente a través de sendas sociedades de Carlos Menezes Falçao y Jorge Neves.

El importe de la operación es de 153.000 millones de escudos, unos 122.500 millones de pesetas al cambio actual. Se pagarán en siete plazos: 20.000 millones de escudos el 30 de marzo cuando se materialice la operación, otros 15.500 millones de escudos el 30 de junio y 31 de diciembre del año que viene, 23.000 millones de escuos más el 30 de junio y 31 de diciembre de 1996, y 28.000 millones el 30 de junio y 31 de diciembre de 1997.

Con la venta del Totta y Azores, el Banco Santander, accionista mayoritario de Banesto, obtiene unas importantes plusvalías, y zanja la polémica entre las autoridades portuguesas y españolas en torno a la presencia del Español de Crédito en el capital de la entidad lusa, con un paquete del 50 por cien, entre el directo y el indirecto, que le otorgaba el control.

Esta participación, según Bnesto, no transgredía las normas comunitarias sobre libre circulación de capitales, pero sí las del país vecino sobre el control de entidades bancarias por firmas extranjeras, extremo que dió lugar a que la cuestión fuera tratada por los presidentes de ambos países, Felipe González y Anibal Cavaco Silva.

(SERVIMEDIA)
29 Dic 1994
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