En su intervención en un desayuno de trabajo con el sector empresarial organizado por Hill & Knowlton, Hernández de Cos se refirió a la coyuntura actual de elevada inflación e impacto de la guerra de Ucrania, también en los precios, y abogó por “evitar que se desencadene una espiral de incrementos de precios y costes” a través del pacto de rentas entre empresas y trabajadores que ya están negociando.

En este sentido, Hernández de Cos consideró que ese pacto en el ámbito bipartito debe suponer “un reparto, entre empresas y trabajadores, de la merma de rentas de la economía nacional frente al resto del mundo que implican los aumentos de costes recientes”, de manera “todos los agentes implicados han de asumir una pérdida” y “ni los trabajadores podrán mantener su poder adquisitivo en el corto plazo, ni las empresas serán capaces de mantener sus márgenes”.

El gobernador del Banco de España argumentó que si todo el ajuste recayera sobre los trabajadores, se produciría un “fuerte retroceso” de la demanda, y si el ajuste fuera sumido en su totalidad por las empresas, “muchas de ellas se verían abocadas al cierre y otras muchas sufrirían pérdidas significativas de competitividad” que terminaría repercutiendo en menor creación de empleo.

No obstante, señaló que los datos apuntan a que ese reparto de costes “ya estaría produciéndose”, dado que la subida salarial pactada en convenio hasta febrero -último dato disponible- está siendo “moderada”, y las empresas no están trasladando “de forma plena” a los precios de sus productos los aumentos de costes, con lo que “los márgenes empresariales se habrían reducido recientemente como consecuencia del actual episodio inflacionista”, ya sea por debilidad en la demanda o por presiones competitivas.

El máximo responsable del organismo también pidió que este pacto de rentas evite la indexación automática de los salarios a la inflación o las cláusulas de salvaguardia al considerar que si se produce un incremento o generalización de estas cláusulas “elevaría significativamente el riesgo de que se materializara una eventual espiral de incrementos salarios-precios”. Recordó que casi el 30% de los trabajadores con convenio hasta febrero cuentan con algún tipo de cláusula de garantía salarial.

Del mismo modo, defendió que el pacto sea plurianual, que se expliciten compromisos de “moderación de los márgenes empresariales” y que permita facilitar el “grado de coordinación de la negociación colectiva entre los diferentes ámbitos de negociación” evitando adoptar medidas que tengan una implementación “excesivamente general”.

Por otra parte, apostó por dirigir la política fiscal nacional de forma “muy granular y focalizada” hacia los hogares, empresas y sectores más afectados y que las medidas que se tomen sean “temporales” para no elevar más el déficit estructural.

"EMPOBRECIMIENTO RELATIVO"

En cuanto al impacto por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, Hernández de Cos proyectó un “peor desempeño de la actividad económica y un aumento de las presiones inflacionistas” y afirmó que el repunte de los precios ya ha generado una merma en el poder de compra y un “empobrecimiento relativo”. A esto se pueden sumar “cortes intencionados” en los suministros de bienes, tras las sanciones a Rusia, y desembocar en un impacto “mayor” sobre los precios y la actividad económica.

Recordó las estimaciones del Banco Central Europeo (BCE) para el área euro, que apuntan a una reducción del PIB entre 0,5 puntos (hasta el 3,7%) y 1,9 puntos (hasta el 2,3%) para este año. La tasa de inflación media en 2022 se incrementaría entre 1,9 puntos (hasta el 5,1%) y 3,9 (hasta el 7,1%) respecto a las previsiones del pasado mes de diciembre, aunque el BCE mantiene que la inflación se aproximará al 2% en 2024.

Hernández de Cos destacó que la dependencia de Europa sobre Rusia en materias primas y productos energéticos es "elevada"; que la exposición comercial directa de los países europeos es “relativamente moderada”, aunque los efectos indirectos de la guerra pueden ser “elevados”; que en el canal financiero podrían desarrollarse mecanismos “alternativos más opacos” para operar, y que la confianza de los agentes económicos se ve afectada negativamente.

“La magnitud de los efectos del conflicto dependerá también, en último término, de la respuesta que se despliegue en el ámbito de las distintas políticas económicas”, afirmó el gobernador del Banco de España, quien acto seguido defendió que la respuesta sea común y evite un “deterioro persistente” a las economías más afectadas.

Consideró que la emisión de bonos paneuropeos ya realizada en respuesta a la pandemia junto con las emisiones que “pudieran llegar” por la guerra en Ucrania son “un pacto importante” y la creación de una “capacidad fiscal común y permanente en el área del euro” resulta “clave” para responder de forma conjunta.