De esa cantidad, 22.800 millones corresponden a las cajas rurales provinciales, 3.200 millones a las cajas rurales locales y 10.600 millones a cajas no rurales, con una mejora generalizada de resultados en todas ellas.

El informe del Banco de España señala que el año pasado se dieron de baja 6 cooperativas de crédito, lo qu totaliza 17 en el cuatrienio comprendido entre 1989 y 1992, y sitúa su cifra actual en 100 entidades.

Las cooperativas disfrutan de unos margenes de intermediación superiores a bancos y cajas, pero que "se atenúa como consecuencia de sus más altos costes de explotación y de sus menores ingresos relativos por comisiones y servicios", según la autoridad monetaria.

Los mayores márgenes obtenidos obedecen a "la fidelidad tradicional de su clientela", formada, en muchos casos, por economías modestasfamilias con ingresos estacionales de pequeños núcleos de población.

Además, también se benefician de un mayor grado de solvencia entre sus clientes, como lo demuestra que sus morosos crecieran un 17,27 por ciento anual entre 1989 y 1992, frente a un 33,7 en los banco y un 29,7 en las cajas.

El Banco de España destaca que, una vez realizado su plan de saneamiento de 1984 a 1989, las coperativ de crédito "registraron los márgenes financieros y de explotación más altos, así como los mejore resultaos".

ESTRATEGIA DE FUTURO

No obstante, advierte que sus elevados márgenes no podrán mantenerse mucho tiempo, dada la creciente competencia en el sistema financiero a la hora de captar depósitos.

Por esa razón, aconseja a estas entidades que se preparen para esa mayor competencia reduciendo sus costes de explotación y ampliando "la gama de servicios complementarios ofrecidos a la clientela, así como un desarrollo mayor del descuento comercial y las operaciones en moneda extranjera, todo ello conel correspondiente cobro de moderadas comisiones".

Según la autoridad monetaria, el tamaño de las cooperativas de crédito es tan reducido que la mitad no alcanza el listón de cinco millones de ecus previsto como mínimo por la CE.

Sin embargo, considera que ese obstáculo puede salvarse siguiendo la experiencia de otros países europeos, consistente en "mantener la base cooperativa local, comarcal y regional, vertebrando sobre ella una estructura bancaria nacional, que permita ofrecer todos los servcios, negociar con fuerza en el interbancario, sindicar créditos y operaciones importanes, hacer unitaria y adecuada la publicidad, la informática y la investigación".

A su juicio, la unidad de las cooperativas es "deseable, por tratarse de un sector financiero sano, que viene realizando una tarea importante en la financiación de la agricultura y ganadería y será decisivo en la adaptación de éstas, sin traumas, al ámbito de la Europa Común".

Finalmente, el informe señala que el reducido tamaño meio de las cooperativas de crédito las hace más vulnerables a una crisis prolongada, aunque, por la misma razón, son fáciles de absorber -activos, pasivos y personal- por otra entidad de depósito de tamaño y solvencia adecuados, preferentemente dentro del sector".