"Si de verdad creemos en el principio de autonomía de las instituciones, hay que respetar la opinión del Banco de España. En este caso, el informe (de la entidad emisora) da la razón al Gobierno porque sitúa en la buena dirección las medidas que el Ejecutivo ha adoptado hasta ahora", indicó.

A su juicio, "el Banco de España tiene perfecto derecho, desde su autonomía, a indicar cual debe ser el ritmo e que se deben producir esas decisiones, pero de la misma manera, el Gobierno tiene legítimo derecho político a tener su propio criterio sobre el ritmo de actuación".

En concreto, el Gobierno "cree que el ritmo es el adecuado y no hay contradicción en las grandes línas directrices de este gabinete y los criterios que ha expresado el Banco de España".

"Haremos lo que consideremos políticamente más conveniente. Oiremos a todo el mundo y, de manera especial, al Banco de España, pero depués actuaremoscon criterio propio y con arreglo al margen de autonomía que el Ejecutivo tiene para tomar estas decisiones", aseguró Cascos.